«Fue hace un lustro cuando entre el camino de Maltravieso y la carretera de Medellín se descubrió por casualidad la boca de una larga y tortuosa caverna, ese hallazgo fue comentario corriente y motivo de charla en los mentideros de la ciudad». Así arrancaba el texto publicado el 8 de enero de 1957 en el EXTREMADURA en el que Carlos Callejo, descubridor de las pinturas rupestres de la cueva, hacía referencia al clamor que despertó el hallazgo de la gruta en Cáceres. Ese clamor parecía eterno pero se difuminó con el tiempo por avatares, dimes y diretes y descuidos que desembocaron en el cierre del acceso a la gruta y en su olvido. Décadas han tenido que pasar hasta que un artículo reciente que data las pinturas de la cueva como las más antiguas del mundo con 66.000 años y el hallazgo de otra cueva en Vistahermosa han dinamitado el empujón para que Cáceres salde una cuenta pendiente con su historia.

Tras más de veinte años sin recibir más visitantes que los investigadores y los arqueólogos, la histórica cueva reabrió ayer sus puertas a los ciudadanos.Cuatro cacereños fueron los seleccionados. Luis Sánchez, Ángel Luis Gómez, Alberto Félix López y Luis González marcaron ayer sin saberlo una página importante para la gruta cacereña. Ellos han sido los nuevos pobladores y como esllos, está previsto que en lo que queda de año algo más de 400 personas recorran la cueva dentro del proyecto experimental que inició este sábado la Junta de Extremadura para medir el impacto de las visitas en el entorno de Maltravieso. Según avanzó hace semanas Patrimonio, entrarán doce personas a la semana en tres turnos, uno que corresponde al del sábado y dos los martes, uno por la mañana y otro por la tarde. En el primer turno de todos, estaban citados a las 10.30 horas los «afortunados» cuatro visitantes. Ataviados con la vestimenta reglamentaria e iluminación y acompañados por el técnico de la dirección general de Patrimonio, Carlos Martínez-Blay, y la arqueóloga Elena Sánchez se adentraron en la gruta a la hora programada tras una charla y recomendaciones previas. El cacereño Luis Sánchez, uno de los seleccionados, no podía ocultar a este diario su entusiasmo. «Me siento un privilegiado», puso de manifiesto. Del mismo modo se expresó Luis González. «A mis 49 años no había sido capaz de ver la cueva y estoy muy ilusionado, tenía mucha inquietud», anotó.

La visita se prolongó durante una hora y recorrió 90 de los 130 metros de la gruta (la sala de las Chimeneas no es accesible). Los primeros cacereños pudieron ser testigos en directo de las valiosas pinturas rupestres del arte más antiguo de la historia, el Neandertal, que en España se encuentra tan solo en la cueva cacereña y las grutas de La Pasiega y Doña Trinidad. Para evitar el daño sobre las paredes ya deterioradas por el tiempo no se permitió tomar fotos. Así que todo quedará en su retina y en su recuerdo. A la salida, se mostraban maravillados. «La cueva es preciosa, hemos visto pinturas de manos antiquísimas y pinturas rupestres más antiguas de la tierra, merece mucho la pena, es algo único», manifestó a este diario Sánchez.

Cabe recordar fue una explosión para extraer de mineral en El Calerizo la que dejó al descubierto en 1951 una entrada a la cueva. Fue el investigador Carlos Callejo el que descubrió las pinturas rupestres. También se encontraron materiales y huesos humanos. La gruta forma parte del complejo kárstico junto a las cuevas de El Conejar y Santa Ana. En 1996 se cerró completamente al público por cuestiones de conservación y desde 2001 la cueva ha sido objeto de excavaciones arqueológicas por el Equipo Primeros Pobladores. Ahora, veinte años después, ha reabierto sus puertas. La próxima visita será el 9 de abril y los turnos ya están cerrados. Para la siguiente se habilitará de nuevo el cuestionario días antes en la web del museo de Cáceres y se seleccionará a los asistentes sin más criterio que el orden de entrada de las peticiones en la web http://museodecaceres.juntaex.es.