"Me asomé a la ventana porque escuchaba mucho ruido, estaba todo oscuro y me asusté". Así relata Clemencia Redondo lo que sucedió en su pueblo, Aceituna, al registrarse un intenso temporal. "No nos lo podíamos creer", repetían la mayoría de los vecinos después de ver durante unos minutos cómo las antenas y tejas que estaban en lo alto de sus casas volaban hasta alejarse unos metros de distancia. Ni los más ancianos del pueblo recordaban haber vivido nada igual en casi 90 años. "Nunca hemos visto nada semejante".

Los dueños de las piscinas municipales fueron de los más sorprendidos cuando vieron parte de una cornisa invadir las instalaciones, situadas justo en el centro del pueblo.

Igual de sorprendido se quedó Cesáreo Clemente, uno de los muchos vecinos que desde su casa acudió andando hasta el campo de fútbol municipal para ver con sus propios ojos cómo el inmenso muro del campo de fútbol que durante 20 años llevaba levantado, se había hecho añicos. "¿Qué es esto?", exclamó nada más llegar al lugar y ver el campo al descubierto y sin paredes.

Cualquier persona que ayer por la tarde entrara en el pueblo podía convertirse en un claro testigo de los desastres dejados por el temporal.

Las hojas y las ramas de los árboles invadían las calles y plazas de Aceituna. Por eso, no había vecina y vecino que en esos momentos no tuviera en sus manos una escoba para recoger los desastres de este temporal que algunos llegaron a calificar de tornado.