El obispo de la diócesis Coria-Cáceres, Francisco Cerro afirmó ayer que "en una cultura cristiana como estamos no tiene por qué molestar cualquier símbolo religioso", en referencia a la propuesta que la asociación Cáceres Laica llevará al próximo pleno del Ayuntamiento de Cáceres, pidiendo que se retire el crucifijo de la sala de sesiones por entender que la imagen religiosa "vulnera la libertad de conciencia de los ciudadanos". Preguntado por los periodistas por esta cuestión, Cerro aseveró que "cuando esas personas hacen esa llamada a retirar el crucifijo tendrán sus motivaciones" aunque "en una época de sana tolerancia no tiene porqué haber ningún rechazo a un signo religioso", señaló.

El obispo de la diócesis cacereña mantuvo con la prensa a propósito de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que celebra la Iglesia y con el fin de agradecer el trato que ha recibido desde su nombramiento. En el transcurso del mismo Cerro adelantó que ha pedido una reunión con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, para hablar con él de "tres o cuatro" cuestiones importantes, que afectan a ambas instituciones. Concretamente quiere tratar el patrimonio eclesiástico, la situación y la labor de Cáritas y cuestiones educativas. Además espera hablar con el presidente regional de Educación para la Ciudadanía. Sobre esta cuestión, Cerro se refirió al hecho de que algunas familias cacereñas hayan hecho valer el derecho de sus hijos a no cursar esa materia y les mostró du apoyo.

BALANCE POSITIVO Aprovechando el encuentro con la prensa, Cerro hizo balance de sus primeros meses al frente de la iglesia cacereña, que dirige desde el pasado mes de septiembre. "Ha sido un año muy positivo", afirmó el obispo, que dijo sentirse "muy bien en Cáceres y en esta diócesis". Cerro, nacido en Malpartida de Cáceres, dijo sentirse "extremeño por los cuatro costados", a pesar de que gran parte de su trayectoria ha transcurrido en Valladolid, donde ha pasado los últimos 20 años. Dijo que no puede comparar ambas diócesis, porque "aquí soy el obispo y la responsabilidad es más grande", mientras que en Valladolid trabajaba como profesor de Teología y de director de un centro juvenil.

Sobre el histórico conflicto con la diócesis de Toledo por Guadalupe, el obispo mostró su deseo de que "no tarde mucho" en quedar incluida en una diócesis extremeña y afirmó que "la postura está clara", pero que en ocasiones "las cosas de palacio van despacio", zanjó.

En un ambiente distendido, el obispo elogió la "impagable" labor de los periodistas "por difundir la verdad, cada vez más rápida y más acertadamente", señalo. "Si algo no sale en los medios de comunicación, no existe para la sociedad", afirmó.