Las obras de rehabilitación y reforma de la Casa Grande para albergar el Centro de Artes Visuales de Cáceres, que acogerá la colección de la galerista alemana Helga de Alvear, avanzan a buen ritmo y el edificio estará en condiciones de convertirse en sede de la Fundación Helga de Alvear a finales del 2007, según confirmó ayer a EL PERIODICO el director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, Francisco Pérez Urban. El ejecutivo ha promovido la construcción de este centro, que albergará una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes internacionalmente y que pretende convertirse en uno de los referentes más destacados del Cáceres 2016. "No es un proyecto de legislatura sino de candidatura", dijo Pérez Urban.

El proyecto, muy ambicioso y redactado por los arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón, contempla dos fases, la reforma de la Casa Grande como sede institucional de la fundación, y la construcción de un edificio de nueva planta, situado en los jardines del edificio --que dan hacia la plaza de Marrón-- y que será un gran espacio expositivo en el que tendrán cabida las más de 2.000 piezas artísticas que conforman el legado de la alemana y cuyo valor supera los 140 millones de euros. Esta nueva construcción no estará culminada hasta el 2010 y, aún a falta de su licitación, se habla de que tendrá un coste de 9 millones.

La que sí está adjudicada --en este caso a la unión temporal de empresas que conforman Restaura y Arcoex-- es la primera fase del proyecto: la obra de la Casa Grande, cuya reforma se eleva a los tres millones y que abrirá en el 2007. Pérez Urban recordó que aunque está previsto que la casona sea sede institucional, hasta que se culmine el edificio anexo de los jardines ésta también contará con salas de exposiciones. El director indicó que la vieja casa no sufrirá cambios sustanciales tras la reforma. Tendrá paredes blancas, suelos y techos continuos... una especie de casa autosuficiente concebida como núcleo administrativo de la fundación, con área de acogida y cafetería, algunas salas y talleres.

AVANCES ¿En que estado actual se encuentra esta obra? El director explicó, tal como ya informó este diario, que las actuaciones se iniciaron a comienzos de este año con el traslado de los fondos documentales que la universidad --propietaria del edificio que cedió a la Junta-- tenía en su interior. Seguidamente se procedió a la limpieza, desmontaje de la carpintería y revisión de los forjados "para analizar su situación exacta en profundidad" y comprobar --reiteró Pérez Urban-- que el inmueble no presentaba problemas estructurales.

El responsable político aludió, no obstante, a un inconveniente que ha surgido con la instalación eléctrica y que ha ralentizado el normal desarrollo de la obra. Se trata de una manguera de alta tensión que cruzaba longitudinalmente el edificio y que conectaba con un transformador que alimenta a viviendas del entorno de plaza Marrón. Los arquitectos valoraron que este cableado era incompatible con los nuevos usos que se pretenden dar a la finca. La Junta inició entonces las gestiones con el ayuntamiento e Iberdrola para liberar al edificio de esa servidumbre y construir un nuevo transformador. Ahora solo se está a expensas de que la empresa eléctrica ejecute los enganches.

Este imprevisto, apuntó Pérez Urban, ha motivado que por cuestiones de seguridad no se haya podido intervenir en diversos espacios de la casa, de la que sí se han desmontado parte de los suelos. El siguiente paso será quitar la tabiquería modular de algunas salas para dotar al centro de espacios más diáfanos e iniciar el equipamiento.

TECNOLOGIA Tanto la Casa Grande como el nuevo edificio anexo tendrán entrada por la calle Pizarro y la rampa de Camino Llano, donde se encuentran los jardines, que también se mantendrán y mejorarán. "El centro servirá para coser la ciudad, no para dividirla", justificó el director general. Pero además, ambos espacios se caracterizarán por disponer de un sistema de climatización, seguridad e iluminación complejo y con tecnología moderna y puntera, al nivel que requieren los espacios que albergan colecciones de arte contemporáneo de la categoría de la que llegará a la capital.