El Gran Teatro de la capital cacereña propone una obra para el público familiar donde el tiempo juega a su antojo y salta de adelanta a atrás. El desván de nunca jamás, dirigida por un conocido de la escena cacereña, Isidro Timón, hace que el tiempo no cuente y que los que ahora son niños, se conviertan en abuelos, y a la inversa. Así una y otra vez, en un ‘juego’ en que unas veces temen ser reñidos por sus padres y, otras, por sus hijos. En esta ‘locura’ del ir y venir en la línea del tiempo, sucede una gran aventura que les absorbe completamente y les traslada a mundos diferentes.

Es aquí donde aparecen tres personajes, Cigüeña, Hasim y África, que arrastran sus antecedentes, sus problemas a medio resolver, en definitiva, sus vidas, y que les llevan a participar activamente en este juego del teatro dentro del teatro, hasta la resolución final de la trama.

En esta obra, se mezclan varias técnicas teatrales: el musical, con tres actores- Rubén Lanchado, César Bravo y Victoria Hernández- que cantan y bailan.

También el guiñol, ya que los tres personajes de Cigüeña, Hasim y África son marionetas de gran tamaño, que cobran vida gracias a las manos de los tres actores de la obra.

Al trabajo de los artitas y la dirección, se suma una cuidada iluminación y un espacio escénico que alberga incógnitas por resolver.

La obra no está pensada sólo para un público infantil, sino para uno familiar, donde los adultos también disfruten.