La obra para la instalación de fibra óptica en la calle Gómez Becerra no ha dejado indiferente a los comerciantes de la vía, que se quejan de que se lleve a cabo en plenas rebajas y defienden que se podía haber acometido de otra forma. Los trabajos, que se alargarán 10 días, comenzaron el lunes, el martes se cerró la calle al tráfico y ayer, con el inicio de los trabajos en el acerado, se volvió a abrir a los vehículos.

No obstante, para evitar que coincidan peatones, turismos, maquinaria y escombros de obra, los comerciantes defienden que la calle tenía que haberse cortado al tráfico "durante los días que hicieran falta", aseguró ayer Pilar Hernández, de la tienda Coko Gálvez. Una medida, entiende, que sería beneficiosa para los peatones, "ya que podrían circular por la calzada", y para la maquinaria, que tendría "mayor espacio para maniobrar".

Ayer comenzaron a levantar la acera de los números impares, lo que provocó las quejas, con respecto a la accesibilidad, de los dueños de los establecimientos afectados. "Una mujer ha querido entrar, había una máquina justo en la puerta y los operarios le han dicho que no podía. La mujer se ha dado media vuelta y ha tenido que venir después", apuntó Hernández, que añadió que ayer abrió sin contar con un acceso en condiciones. "A las 10.00 horas la entrada a mi tienda eran escombros. Y me han puesto una chapa cuando he llamado al ayuntamiento quejándome, si no ni eso", subrayó.

Soco Alejo, de la tienda Alejo Rodríguez, otra de las más afectadas, también pasó ayer algunas penurias. "Entiendo que hay que hacer la obra pero hay otras formas para molestar lo mínimo. He tenido esta mañana cuatro personas dentro y cuando querían salir no les han dejado porque estaba la máquina picando justo en la puerta y no teníamos ni plancha de acceso", señaló. "Si los operarios llegan a las 8.00 horas que comiencen por los accesos a las tiendas porque hoy --por ayer-- han picado en las puertas de los negocios a partir de las 10.00, cuando ya están abiertos", añadió molesta.

En resumen, los comerciantes coinciden en que los trabajos que afectan a la fachada o entrada de sus negocios deberían acometerse con las tiendas cerradas, al mismo tiempo que solicitan que se corte la calle al tráfico durante los días que dure la obra para beneficiar a los peatones que puedan resultar clientes potenciales en época de rebajas.