La idea nació hace 22 años. Construir un parking subterráneo en la avenida Primo de Rivera ya se propuso en 1994 pero no salió adelante. Han tenido que transcurrir más de dos décadas para que esta obra faraónica, la que ha tenido mayor envergadura en la ciudad desde la construcción de la Ronda Norte, se vea hecha realidad. Sin embargo, echando la vista atrás, han sido muchos los baches que ha tenido que superar el parking hasta que por fin, a día de hoy, la calle vuelva a ser transitable y sus vecinos retornan a la normalidad.

El concurso partió de un estudio de viabilidad de la empresa Empark, presentado en 2011 al ayuntamiento, pero a pesar de que era la favorita para llevar a cabo la obra, las empresas sorianas Riosa-Herce consiguieron mejorar la oferta y obtuvieron la adjudicación. El 11 de julio de 2013 se dió el visto bueno al pliego de condiciones. En noviembre se finalizó el plazo de presentación de ofertas y en enero de 2014 Empark quedó fuera del concurso, por ofrecer menos plazas de las acordadas. Así, en febrero, el ayuntamiento aprobó definitivamente la adjudicación para la UTE Riosa-Herce. Y nacen las primeras trabas. La empresa Empark recurrió la aceptación de dicha adjudicación en marzo y el proceso quedó paralizado hasta que en mayo de 2014 el Tribunal Administrativo Central de Recursos no admite dicho recurso. Es entonces cuando el consistorio firma al fin el contrato con Riosa-Herce. El 18 de junio, el BOE publica la formalización del contrato para la construcción y explotación del aparcamiento subterráneo de la avenida Primo de Rivera.

351 plazas

En concreto, se acuerda que se construyan 351 plazas de aparcamiento divididas en tres plantas, siendo un mínimo de 110 para rotación de vehículos, por una inversión de 4,8 millones de euros, incluyendo IVA. A cambio de la inversión realizada por la empresa adjudicataria, la misma será la que lleve a cabo la explotación del parking durante 40 años, tras lo cual volverá a manos del ayuntamiento. Con todo acordado, el 13 de abril de 2015, la UTE Riosa-Herce comienza las obras con las labores de medición topográfica y acopio de materiales. Esta primera fase de ejecución, planificada para un par de meses, implicó el corte de tráfico de un sólo carril de circulación, quedando los otros tres y los accesos peatonales abiertos.

Tan sólo un día después, los medios de comunicación sacan a la luz los primeros conflictos en relación a las obras del aparcamiento. Comienzan las protestas de los ciudadanos por la repercusión que esta construcción tendrá para el arbolado de la zona así como para el cedro que hasta entonces lucía en el cruce de la plaza Hernán Cortés. Así mismo, los residentes del número 11 de la avenida dan a conocer sus alegaciones al plan de viabilidad con reclamaciones que datan de enero de 2012. A su vez, surgen debates en el consistorio acerca de la financiación, ya que la empresa decide hipotecar la concesión de la obra pública de ejecución y explotación. Mientras, los operarios empiezan a retirar el mobiliario (bancos, papeleras...) y comienzan a trabajar en el desvío de servicios (electricidad, abastecimiento, gas, telefonía...) en los números impares de la avenida. A principios de mayo, aparecen las grandes máquinas por la zona y los vecinos convocan concentraciones de protesta ante la preocupación de que la excavación afecte a los edificios colindantes.

Como medida de precaución, a finales de mayo, la UTE visita las propiedades de la zona (viviendas, garajes, locales y despachos) para realizar un informe detallado del estado de cada una antes de la obra. Para esa fecha, se trabaja paralelamente en Virgen de Guadalupe ante la previsión de trasladar temporalmente allí las paradas de autobuses y taxis que aún permanecen en Primo de Rivera. El desvío afecta a las líneas 1, 2, 3, 4, 5 , 7, 8, 40, Campus y Refuerzo Campus.

Con las primeras quejas políticas de la oposición en el consistorio, el 1 de julio la avenida empieza a rodearse con vallas y el día 6 dan comienzo las excavaciones. Desde las 7:30 horas, el tráfico se corta y se canaliza por Virgen de Guadalupe (con una previsión de 8 meses de cierre), se trasladan todas las paradas de buses y taxis, se cambian los accesos peatonales, carga y descarga, se eliminan hasta 86 aparcamientos (entre la calle Viena y la confluencia con la avenida Gil Cordero para habilitar dos carriles y descongestionar el tráfico) y se inicia la tala de árboles a la vez que el descontento ciudadano crece. Como prueba de ello, Cáceres Verde presenta 1.487 firmas para impedir esta tala aunque finalmente se llevará a cabo, eso sí, a cambio del compromiso de reposición. Con las máquinas en ambos extremos de la avenida, el ayuntamiento constituye una comisión de seguimiento con la que informar a los vecinos sobre el avance de las obras.

Vertidos y grietas

Es entonces, el 22 de julio, cuando se realiza el traslado del cedro al Parque del Príncipe con la esperanza de mantenerlo vivo. Esa mismo día, aunque se dé a conocer públicamente una semana después, nace una nueva polémica que durará meses. En esta ocasión, en relación a los vertidos. La asociación extremeña de plantas de residuos de construcción y demolición (Asorex) denuncia ante la Fiscalía, Seprona, ayuntamiento y la Consejería de Medio Ambiente los vertidos "ilegales" de la obra. Estos están siendo dejados en una parcela de titularidad municipal en Mejostilla. A este debate se suma el desplome de 9 metros de techo de una de las consultas de oftalmología en el Hospital Virgen de la Montaña, algo que sembró dudas de tener vinculación con las excavaciones.

La polémica estaba servida cuando otro incidente sale a la luz el 4 de agosto. En esta ocasión, a causa de una avería, ocho viandantes se vieron salpicados con cemento líquido caído de un codo hormigonado que se había soltado. No hubo daños personales, pero la tensión crecía a momentos. En los siguientes meses, protestas por la tala de árboles e incluso la publicación de un decálogo con los posibles problemas que las obras pueden conllevar a la zona, de la mano de Cáceres Tu, toman protagonismo. Mientras, el pilotaje llega a cuotas de hasta un 80% de realización. En septiembre, el tema de los vertidos hace que se ralenticen los trabajos en el aparcamiento, aunque el ayuntamiento defiende la legalidad de estos. Sin embargo, la verdadera alarma social con respecto a las obras se genera a partir de octubre. El 19 de ese mes aparece la primera grieta en la perfumería Yves Rocher. A esta se van sumando más establecimientos afectados como el centro auditivo Audifón, la óptica Karma y el bar La Cafetera así como una separación entre los edificios de la avenida y la acera, de un dedo de ancho. En ese momento, la excavación está a menos 7 metros bajo tierra.

Sucesivamente, aparecen más edificios afectados por las fisuras, especialmente en los impares de la avenida. Es entonces cuando la empresa lleva a cabo una 'campaña de testigos' (método de control de evolución de las grietas instalando testigos de yeso o vidrio y anotando fechas). En noviembre, el edificio de UGT corre la misma suerte y las grietas aparecen en su planta baja. Ante la situación, el ayuntamiento pide tranquilidad mientras los ciudadanos exigen que responda. De esta manera, la obra se vió paralizada desde el 17 de noviembre, durante varias semanas, para llevar a cabo un refuerzo de toda la estructura perimetral de la excavación. Los edificios más afectados eran los del lado de Obispo Ciriaco Benavente en su confluencia con la avenida Primo de Rivera. En esta tesitura, algunas comunidades vecinales deciden presentar una denuncia contra la empresa en el Juzgado. En diciembre vuelven las paralizaciones en las obras por la seguridad de los bloques. A esas alturas, más del 50% de la excavación ya estaba finalizada. En enero, los informes resaltan que las obras no han provocado daños estructurales en los edificios colindantes y es en febrero cuando, a esto, se suma la decisión de la Fiscalía, la cual archiva tanto la denuncia por los vertidos como la presentada por las comunidades de vecinos.

Finalizando las controversias de la excavación, en marzo parece que el parking vuelve a ver la luz y se fijan las condiciones de cesión del uso de las plazas. Los precios que se acuerdan son 13.680 euros para las plazas de cesión por los 40 años y en 1,8 euros por hora el aparcamiento de rotación. A finales de abril de este año, tras seis meses de excavación y otros tres para ultimar la estructura, la calle vuelve a taparse y se prepara para que el tráfico pueda volver. En mayo, el peritaje de las grietas producidas está en proceso y el día 31 al fin vuelven a pasar coches por la avenida tras 330 días. Casualmente, un día antes, el cedro trasplantado muere.

En junio empezaron a funcionar semáforos y pasos de peatones. Los trabajadores continuaban con las obras de urbanización externa y de acondicionamiento en el interior del parking, que ya tiene reservadas 30 de las 119 plazas de cesión. Pero no es hasta el pasado 19 de julio cuando al fin se abren todos los carriles al público de manera definitiva y los árboles vuelven

Finalizada la obra, y sin más incidentes, la calle ya está preparada para registrar la intensidad de los 20.000 vehículos que pasan diariamente por ella. Los autobuses vuelven a su antiguo recorrido (aunque la parada de taxi finalmente se quedará en Virgen de Guadalupe). Sin embargo, el parking deberá esperar aún hasta finales de agosto o principios de septiembre para abrir sus puertas y dar así por culminada la que, sin duda, será de las mayores construcciones de la capital en muchos años.