La reforma de la Casa Pereros de Cáceres, lo que fue el antiguo colegio mayor Francisco de Sande, ha dejado al descubierto nuevos elementos arquitectónicos como una vidriera, una hornacina y arcos que se mantendrán a la vista para ensalzar este inmueble que abrirá sus puertas como residencia de estudiantes el curso 2019/2020.

Las obras comenzaron el 25 de abril y fueron adjudicadas a la UTE Construcciones Sevilla Nevado-Espina. Desde entonces se está trabajando en el refuerzo de la estructura y será en los próximos meses cuando se pueda apreciar el avance y el ritmo de los trabajos que se espera estén finalizados dentro de un año.

El presupuesto de las obras es de 3.910.590 euros correspondiente a los ejercicios 2018 y 2019, y el "principal" objetivo que se persigue con la adaptación de la Casa Pereros como residencia de estudiantes universitarios es "una cuestión de igualdad de oportunidades para los chicos y chicas que tengan menos recursos económicos", ha señalado la presidenta de la Diputación Provincial de Cáceres, Rosario Cordero, que ha visitado este martes las obras.

También ha señalado que el centro se destinará a actividades de turismo idiomático, un asunto del que ya se ha hablado con el rector de la Universidad de Extremadura (UEx), porque "la ciudad tiene las condiciones perfectas, así como un lugar de encuentro e intercambio internacional de universitarios de otros lugares de mundo", ha manifestado Cordero.

La idea es que la Casa Pereros se convierta en "un foco cultural con un importante fin social", accesible e inteligente, que compagine lo antiguo con lo moderno y "con más complicidad pública con la ciudad, que dará vida a la parte antigua de Cáceres, a la ciudad y a la provincia", ha subrayado la presidenta.

Tras las obras, el edificio se organizará en habitaciones de uso individual la mayor parte de ellas y baño propio, ofertando 59 plazas, distribuidas en 51 sencillas, dos de ellas adaptadas a personas con movilidad reducida, y 4 dobles, tipo apartamento. Además, seis habitaciones dispondrán de zonas de estar compartidas.

También se habilitará una parte pública, para ponerla a disposición de personas, asociaciones o instituciones que quieran realizar conferencias u otros encuentros, para lo que tendrán para su uso el salón de actos, la antigua capilla que ha ganado en altura y que lucirá una nueva imagen con la reforma.

El nuevo edificio será de bajo consumo, con equipos de alta eficiencia en climatización, ventilación e iluminación, y tendrá una gestión domótica de las instalaciones para optimizar su funcionamiento y minimizar el consumo de agua.

Del mismo modo, será un edificio inteligente con sistemas integrados de control y seguridad, y con servicio de voz y datos a los residentes de alta capacidad, tanto por cable como inalámbrica. También será un edificio de bajo coste de funcionamiento, no solo en el campo energético sino en lo relativo a gestión y personal.

Cordero, que ha estado acompañada del diputado de Infraestructuras, Fernando García Nicolás, ha calificado la obra como "una de las más ilusionantes" que está haciendo la Diputación de Cáceres. "Cuando comenzó la legislatura fue uno de los proyectos que pusimos sobre la mesa y se trata de una obra muy singular que se está haciendo en el Año Europeo del Patrimonio Cultural", ha resaltado.

Asimismo, ha explicado que las peculiaridades de las obras de un antiguo edificio están permitiendo descubrir algunos "elementos interesantes" que permanecían ocultos. De esta forma se han descubierto unas vidrieras que han aparecido en lo que era el salón de actos (antigua capilla), así como una hornacina. De la misma forma han aparecido una serie de arcos en el sótano que se van a mantener en la nueva estructura.

El edificio

La Casa Pereros, desde su adquisición por parte de la Diputación de Cáceres a principios del siglo XX hasta los años 80 estuvo destinada a colegio de huérfanas con el nombre de Colegio de la Inmaculada. En los años 80 se abordó la reforma de la estructura habitacional del colegio, que acogía a niñas de entre 8 y 18 años, pasando de una estructura impersonal de grandes habitaciones colectivas a la estructura de núcleos de hasta 10 plazas con un zona de estar y baños comunes.

Por último, el edificio se transformó en colegio mayor sin ninguna transformación de su estructura de orfanato moderno, con habitaciones compartidas y baños colectivos; una estructura obsoleta para nuestros días.

En la anterior legislatura, el equipo de Gobierno lo cerró como residencia de estudiantes e inició un proyecto para convertirlo en museo arqueológico. Con el nuevo Gobierno provincial se retomó la idea de seguir usándolo como colegio mayor y se abordó esta reforma integral para adaptarlo a las nuevas necesidades y normativas energéticas.