El Tribunal Supremo confirma la condena de ocho años de prisión al acusado de abusar de su compañera de trabajo con discapacidad psíquica. Según se ha probado el acusado aprovechó esa minusvalía para abusar de ella realizándole tocamientos por encima y por debajo de la ropa. El acusado era una persona de confianza de la familia, de hecho cuando no había autobús para que ella pudiera regresar a casa él se encargaba de llevarla. Aprovechaba estos trayectos para detener el vehículo en lugares solitarios para abusar de ella. Además, al menos en una ocasión, según ha probado la Audiencia Provincial de Cáceres y ratifica el Tribunal Supremo, la llevó a un piso no habitado propiedad del acusado obligándola a mantener relaciones a pesar de que ella se negaba. Todo se descubrió un día en el que el acusado se prestó para llevarla a casa y ella se negó y llamó a su padre para que la recogiera. Dejó el teléfono descolgado y su padre escuchó a su hija llorar y al acusado insultarla. El padre y el hermano de la víctima se dirigieron hasta el lugar de trabajo de su hija para comprobar lo que ocurría, momento en el que ella les contó todo lo que había ocurrido con su compañero.