El INE publica todos los años el listado de los 100 apellidos más comunes de España, que incluye los 50 más comunes por provincias de nacimiento. Parafraseando dos recientes exitosas películas, les transcribo los ocho primeros. Juzguen ustedes a quiénes se asemejan más los genes de los que, en un ya también famoso escrito, el señor Junqueras comparaba. Sin contar el orden, encuentren las cinco diferencias.

España: García, González, Rodríguez, Fernández, López, Martínez, Sánchez, Pérez.

Barcelona: García, Martínez, López, Sánchez, Fernández, Rodríguez, Pérez, González.

Gerona: García, Martínez, Fernández, Sánchez, Rodríguez, López, Pérez, Vila.

Lérida: García, Martínez, López, Solé, Sánchez, Pérez, Fernández, Farré.

Tarragona: García, Martínez, López, Sánchez, Rodríguez, Fernández, González, Pérez.

Guipúzcoa: García, González, Fernández, Rodríguez, Pérez, Sánchez, Martínez, López.

Vizcaya: García, Fernández, González, López, Pérez, Rodríguez, Martínez, Martín.

Álava: García, Fernández, Martínez, González, Pérez, López, Rodríguez, Sánchez.

Cáceres: Sánchez, Martín, García, González, Rodríguez, Fernández, Pérez, Jiménez.

Los nacionalismos, a la postre, se sustentan en la errónea idea de la superioridad de una raza, que no es tal, sobre la otra. Raza que, despreciando a los demás, piensa que todos le deben rendir tributo y pleitesía.

También los hijos mimados a los que se les ha permitido y dado todo, al final, se creen con derecho a todo. Desde hace años, quienes nos han dirigido han dado todo a algunas comunidades y migajas a otras. Quienes todo lo recibieron, lógico, se creen con más derechos. No pido que todo se les quite, pero sí sería bueno que empezasen a mirar más hacia aquellos que durante años hemos estado callados y aguantando, que busquen el desarrollo equitativo de todas las regiones y que nadie se crea más que nadie.