La madre de Sandra García pasa las tardes rematado el traje blanco que su hija estrenará la tarde del 27 de abril. Es un día importante para ella, no solo porque la Virgen de la Montaña, "su Virgen", baja a la ciudad, sino porque ese día cambiará la historia de la cofradía, que se remonta al siglo XVIII: ocho mujeres formarán parte de los hermanos de carga y, aunque no se sabe si finalmente tendrán un sitio para portar a la patrona, al menos sí procesionarán junto a los aspirantes a hermanos de carga --que son lo que cargan a la Virgen cuando faltan cofrades para hacerlo--.

La cofradía de La Montaña dejó de ser un mundo de hombres el pasado mes de agosto, cuando el obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, ratificó los nuevos estatutos de la hermandad (votados en asamblea el 25 de junio del 2010). Desde entonces hasta hoy han presentado su solicitud para cargar a hombros a la patrona ocho mujeres, pero solo seis de ellas figuran en la lista oficial, y son: María del Carmen Floriano Márquez, Nazaret Paniagua García, María Pilar Garzo Fernández, María José García Rodríguez, María Sandra García Rodríguez y Gema Mendoza Santos. El nombre de las otras dos aún no se ha hecho público, pero este diario consiguió hablar con una de ellas, Guadalupe Martín Camacho. Las dos saldrán en procesión igual que el resto, aunque sus papeles de ingreso fueron presentados días más tarde.

Recuerdos

"Desde pequeña subía bailando en la procesión de la Virgen. Y participaba en el Besamanto vestida de montehermoseña mientras le sujetaba el manto a la patrona. Poder cargarla a hombros ahora me parece un logro. En la época en la que estamos me parece lo más justo", explicaba Guadalupe Martín.

Pilar Garzo, otra de las hermanas que cargará a la patrona, la devoción a la Virgen de la Montaña le recuerda a la época en la que conoció a su marido, cuando tenía 14 años. Subía con él cada domingo al santuario y, a pesar de que ella es miembro de la cofradía desde hace solo seis años, estuvo al pie del cañón para reivindicar la igualdad de sexos en la hermandad. "Me hice cofrade para apoyar el derecho de todas las mujeres. Mi devoción a la Virgen me viene desde pequeña. Después subía con mi marido --entonces eran novios-- cada domingo a verla, pero nunca me inscribí. Ahora lo he hecho porque hay que luchar por los derechos. Había que cambiar los estatutos y lo hemos conseguido", contaba a este diario.

"Estoy deseando que llegue el día. Nos ha costado mucho conseguir estar donde estamos, pero por fin podemos decir que somos hermanas de carga aspirante y tenemos los mismos derechos que ellos", explica una de las promotoras de este giro en la historia de la hermandad más masiva de la ciudad, Sandra García que está segura de que las ocho se estrenarán el 27 de abril. "Creo que este año puede que lleguemos a cogerla porque siempre faltan muchos hermanos titulares", decía Sandra, que ya es veterana en cargar pasos porque lo hace para diferentes cofradías de Cáceres.

No todo ha sido un camino de rosas. Hace ocho años Nazaret Paniagua, una devota de La Montaña desde su nacimiento, residente en Barcelona --viene cada año para ver la bajada y la subida de la patrona--, comenzó a mover fichas para conseguir cambiar los estatutos. Desde entonces ha recibido muchas críticas. En 2006 la cofradía celebró un referéndum para decidir si las mujeres podían disfrutar del derecho de carga o no. Los votos en contra ganaron por mayoría. Cuatro años después lo consiguieron. Ahora, tras años de trabajo, serán recordadas en la historia cacereña como las ocho rosas rojas de la patrona.