Ochocientos pies trataron de seguir ayer los pasos de los judíos en Cáceres. Unas 400 personas participaron en la VI Jornada Europea de la Cultura Judía celebrada con una ruta guiada por la judería, que gustó a la mayoría, pero desencantó e indignó a unos pocos por pequeños aspectos.

En general los participantes valoraron la iniciativa "como una forma de descubrir el pasado cacereño por los lugareños, del que tienen un gran desconocimiento", manifestó Evangelina Pérez, una de las cuatro guías que dirigieron los recorridos. "Por lo menos ahora cuando vienen amigos de fuera podemos explicarles más cosas. A mí me ha gustado mucho", aseguró Carmen Sanguino. "Ha sorprendido el olivar de la judería porque la mayoría desconocía que existiera", apuntó José Durán, otro de los guías.

Visita de dos horas

La cita europea convocó en Cáceres a unas 400 personas, entre cacereños --la mayoría-- y turistas. Los participantes se dividieron en cuatro grupos. La ruta se inició en la plaza Mayor. Desde allí, los grupos siguieron itinerarios de dos horas, diferentes para evitar aglomeraciones, por la ciudad monumental, incluida la judería.

El tiempo dedicado al barrio judío, unos 20-30 minutos, se creyó escaso por algún participante, como Lorenzo --prefirió no dar su apellido--, quien además señaló que se había obviado a propósito el paso por la calle Rincón de la Monja, de cuyas fachadas cuelgan pancartas contra las nuevas escaleras. La entrada a la vieja judería se hizo por la calleja del Moral, otro de sus accesos naturales.

El cierre de la ermita de San Antonio, donde se levantaba la sinagoga, también generó críticas. Los propios guías intentaron que los guardas facilitaran las llaves sin éxito. "El año pasado ocurrió lo mismo y hubiera sido interesante enseñarla, pero son particulares los encargados y no se puede hacer nada", explicó Pérez.

Otras quejas fueron por los coches aparcados en las callejuelas. "Si se programa una jornada así se podía haber impedido aparcar por la mañana", comentó Cristina H. El reparto de dulces sefardís tampoco se libró de pequeñas protestas. Un error en el horario del programa impidió que algunos llegaran a tiempo a la degustación del pastel que ganó el concurso de Caminos de Sefarad.

Aplausos a la visita

A pesar de todo, hubo aplausos al final de los recorridos, sobre todo a los guías por su esmerado esfuerzo por transmitir pequeños retazos de la historia local e incluso saltarse, en algunos casos, el programa para ampliar el recorrido hasta la judería nueva --el entorno del palacio de la Isla, donde se ubicó la sinagoga nueva--, cuando oficialmente la visita concluía en el olivar.

El 30 de marzo de 1492, cuando se decretó la expulsión de los judíos de España, Cáceres albergaba aún a 130 familias sefardís, alrededor de 650 personas. Muchos tuvieron que abandonar sus hogares y huir a Marvao o Castelo de Vide. Hoy no es mucho lo que queda en pie de sus casas y templos, pero su legado permanece.