Mientras los bares defienden su derecho a hacer negocio del ocio, los vecinos reclaman también su lógico derecho al descanso. Cansados de alternativas municipales y regionales que no han surtido hasta el momento efecto, han llevado a varios locales de copas a los tribunales por los excesos de ruido. Café Cantante, Rita o Bar Justo han sido algunos de los afectados por las iniciativas de los vecinos, que ya han recurrido a abogados.