El síndrome de Diógenes elevado a la máxima de sus potencias se reprodujo ayer con toda magnitud en el Bloque C de la calle Ródano. Un espectáculo dantesco que ayudaron a mitigar los diez empleados de la empresa Contratas y Servicios Extremeños, Conyser, quienes durante más de cinco horas trabajaron sin descanso para sacar los 6.000 kilos de basura amontonados en las zonas comunes del edificio de viviendas sociales más conflictivo y marginal de la ciudad, en el que aún residen seis familias, niños incluidos.

La insostenible situación de insalubridad a la que se veía sometido desde hace años este inmueble de la barriada cacereña de Aldea Moret hizo el lunes a la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, dar la orden definitiva para que se procediera a su limpieza. El concejal de Infraestructuras, Miguel López, contactó con la empresa Conyser, que preparó un dispositivo. Ayer, a las ocho de la mañana, operarios y maquinaria iniciaron los trabajos.

"Nunca habíamos visto nada igual", aseguraba un veterano trabajador de la empresa, acostumbrado a lidiar con la basura. Exhausto tras el durísimo trabajo, confesaba: "Nunca me había encontrado con tanta basura junta" y relataba: "Ahí dentro había ratas, ratones, garrapatas, arañas y sobre todo, muchas, muchas cucarachas".

El equipo de técnicos lo dirigía Juan Carlos Morán, jefe de limpieza viaria de Conyser. "Durante los grandes eventos que se celebran en la ciudad hemos visto mucho nivel de suciedad, en algunos casos semejante al que nos hemos encontrado en el bloque, la diferencia es que aquí la basura está ya putrefacta, muy deteriorada".

EL EQUIPO Junto a Morán se encontraba el capataz de la brigada, Julián González, además de un maquinista y el resto de operarios del Equipo de Mantenimiento Urgente (Emur): José Antonio Macías, Pedro Ovidio, Julio Dionisio, Antonio Grande, Javier Rodríguez, Jonathan Holgado y Luis Doncel.

¿Cómo entraron todos ellos al edificio? Lo hicieron con mascarillas, dos buzos, dos pares de guantes (uno antitranspirante y otro protector para evitar los pinchazos en las manos) y calzado con suelas de acero.

¿Cómo quitaron la basura? Lo hicieron con rastrillos, cepillos, palas, una excavadora, un furgón y un camión recolector de 21 metros cúbicos de capacidad. Actuaron en las áreas comunes del edificio a excepción del garaje: la planta baja, las escaleras y los pasillos interiores. La previsión, según indicó Juan Carlos Morán, es que los trabajos continúen hoy y que seguramente concluyan esta misma jornada.

La intención de Conyser es entrar hoy en los garajes, tarea que ayer no se pudo llevar a efecto porque las tuberías estaban rotas y los garajes inundados, lo que obligó a técnicos de Canal de Isabel II, empresa concesionaria del servicio de agua, a desplazarse al bloque para repararla. Morán indicó que la retirada de suciedad en esa zona será complicada por el avanzado estado de putrefacción de la basura, que ha entrado en contacto con el agua. En los garajes también quedan varios coches. Ayer la policía local localizó a sus propietarios. Muchos vehículos irán a la chatarra.

Los trabajos se hacen por la mañana. "Preferimos respetar el horario escolar porque aquí viven niños y para evitar riesgos se está haciendo todo de ocho de la mañana a dos de la tarde", dijo Morán. "Hemos pasado por las cuatro plantas", comentó el capataz, Julián González, quien indicó que la de ayer ha sido la operación de limpieza más grande que afronta el Bloque C. "Hace dos años ya lo limpiamos, pero no fue tan grande, nos centramos en los garajes y los patios".

"Hemos sacado de todo: bombonas de butano, colchones de todas clases, madera, chatarra, motos calcinadas...", explicaba González, que con la de ayer son ya cuatro las veces que durante sus años de trabajo en Conyser ha acudido al bloque. "Cuando vivían en El Junquillo hasta les hicimos la mudanza. Podemos venir aquí, pero ellos deberían haberlo cuidado mejor cuando les entregaron los pisos".

Se acercan las dos de la tarde y los operarios concluyen su trabajo. Mientras uno de ellos se refresca con agua tras la intensa jornada, un agente del equipo de policía local que vela por la seguridad describe estupefacto la operación de limpieza: "Salían ratas como elefantes", asegura. Para hoy, más.