En las próximas semanas se llevarán a cabo elecciones a los órganos de representación de los empresarios extremeños, Cámaras de Comercio y Federación Empresarial Cacereña (FEC). Respetando a las personas que hasta este momento han estado al frente, hay que reconocer que existe en toda Extremadura un cierto agotamiento de un largo periodo en el que poco a poco estos órganos de representación se han ido transformando en maquinarias de gestión de los fondos de formación que, provenientes de fondos públicos, maniatan la independencia de estas organizaciones.

Muchas veces se han oído voces, inclusive entre los propios empresarios, de que habría que suprimir las cuotas obligatorias de las Cámaras, cuando éstas constituyen una base de financiación que debería conferirles una independencia de criterio imposible de garantizar con la actual tendencia hacia la subsidiación a través de fondos públicos. ¿Qué forma más lógica de financiar una organización puede existir que las propias aportaciones de los componentes que las constituyen? Otra cuestión es la lógica pretensión de los empresarios de que estas organizaciones que pagan con sus cuotas, realmente defiendan sus intereses y utilicen sus recursos en ayudarles en momentos como éste, en el que las empresas necesitan todos los apoyos para poder seguir ejerciendo sus funciones.

Por todos los motivos expuestos, las elecciones cobran una importancia especial: necesitamos, en un periodo de crisis económica de larga duración como el que nos ha tocado vivir, unas organizaciones empresariales fuertes e independientes. La falta de eco y la aparente indiferencia que estos procesos electorales están teniendo, tanto en la opinión pública como en amplios sectores de los propios empresarios, parecen contradecir la importancia de estos procesos electorales y denotan un cierto adormecimiento y desinterés entre los propios empresarios.

Existen en la provincia de Cáceres circunstancias adicionales que hacen aún más importantes estos procesos electorales. El reto de la capitalidad en el 2016 debería constituir un fin prioritario para las organizaciones empresariales de esta provincia, dadas las importantes repercusiones económicas que la consecución de ese objetivo podría tener en múltiples sectores de la economía.

Animo al empresariado cacereño a participar activamente en estos procesos, y a que encuentren un amplio equipo de representantes que lleguen con la ilusión de ayudar desde estas importantes entidades a los intereses generales de los empresarios y den un impulso a las mismas, de forma que se constituyan en herramientas fundamentales para salir de esta difícil situación económica.

Es el momento de unir voluntades para reforzar las instituciones y dejar a un lado enfrentamientos personales que a nada conducen, recuperando la ilusión que en los momentos de creación de estos órganos de representación todos los empresarios pusieron en ellos.

Animo desde aquí a las nuevas generaciones de empresarios a implicarse en este proceso electoral. Si no lo hacen no podrán quejarse luego de que estas importantes instituciones no le sirven de ayuda para ejercer la difícil tarea de ser empresario en Extremadura.