Son jóvenes con muchas ganas de hacer música. Hicieron sus pinitos en el 2004 en una actividad extraescolar en el colegio público Francisco de Aldana y han continuado creciendo como orquesta en el instituto Hernández Pacheco. Con un instrumento bajo el brazo, también escuchan en sus iPods a Queen, reggaeton o El Canto del Loco, que alternan hasta con conciertos de clarinete.

La orquesta Esteban Sánchez, en recuerdo del músico y pedagogo extremeño, está formada por una treintena de talentos del conservatorio en enseñanzas profesionales de entre 12 y 16 años. Ni siquiera el cambio de centro ha supuesto un obstáculo para la continuidad de esta formación en la que suenan guitarras, piano, violines, violas, chelos, flautas, clarinetes, trombón o trombas. Siguen juntos y todos los viernes se reúnen en el instituto para tocar sus piezas favoritas.

Charo Guerra y Sebastián Díaz, que ejercen como padres y profesores de la orquesta, destacan que se trata de una actividad "lúdica" y sin ánimo de lucro en la que los jóvenes participan por diversión e independiente de la formación que reciben en el conservatorio.

También ha sido clave la colaboración del instituto que, desde el primer momento, ha facilitado los medios a la orquesta para que pueda ensayar tras las clases. "Los viernes se quedan en el centro y se toman allí la comida para poder empezar a tocar después de comer", destaca Charo Guerra, también profesora universitaria de música. Como muestra de la implicación con la orquesta, hasta siete alumnos se matricularon este año en el instituto para poder seguir en la orquesta. Los profesores no reciben contraprestación económica alguna por impartir las clases.

Viajes y conciertos

Las actividades que realiza cada año la formación cacereña se dividen en dos: actuaciones y convivencias musicales. Entre las primeras se incluyen los conciertos didácticos en otros centros y que la orquesta quiere ampliar este año, además de actuaciones en iglesias, el Centro de Cirugía de Mínima Invasión o Magisterio. También han viajado a Toulouse y han organizado dos convivencias en Jarandilla y Cáceres. Ya tienen previstas dos próximas salidas a Valladolid, donde realizarán un intercambio con un instituto, y a Portugal por fijar.

En opinión de los profesores, esta actividad fomenta en los jóvenes "un espíritu de convivencia, de quedar con los amigos pero haciendo música" y la posibilidad de viajar y "hacer excursiones con la música".

En el repertorio de la orquesta se puede encontrar música para todos los gustos: desde los compositores más clásicos hasta bandas sonoras, temas de The Beatles o Mecano, zarzuela, folclore extremeño y pasodobles. La mayor ilusión se centra en poder encontrar ahora un escenario grande en el que demostrar todo lo aprendido. En proyecto se está gestando un concierto didáctico en el Gran Teatro para invitar a los jóvenes de otros centros de la ciudad. "Resultan muy positivos porque los niños ven a otros de su misma edad. Tocamos piezas como la Pantera Rosa y así hacemos que participen", subraya Díaz.

"Los alumnos que hacen música suelen organizarse muy bien cognitivamente, además del beneficio afectivo y social porque conocen a mucha gente a través de la música y les sirve para que el público reconozca su esfuerzo", añaden. "Empezamos sin más pretensiones que una actividad extraescolar, pero ahora estamos sorprendidos", subrayan. La próxima cita de cara al público será el próximo 12 de octubre con motivo de la clausura del Festival de Música Antigua de Cáceres. Que no paren.