La Oficina Técnica de Accesibilidad de Extremadura (Otaex) asegura que la obra que se está llevando a cabo en el paseo de Cánovas para mejorar la accesibilidad cumple la normativa vigente. En concreto, aprovechando la renovación de baldosas en mal estado, el ayuntamiento ha incorporado algunas podotáctiles que sirven de guía a los invidentes para poder circular por el interior del parque de una forma autónoma y segura.

La actuación, tal y como publicó este diario esta semana, no convence a Juan Carlos Caso, discapacitado visual cacereño, que asegura que se podría haber buscado otra alternativa en la que no fuera necesario sortear tantos obstáculos. La obra en discordia se trata concretamente de la ejecutada junto a la estatua de Gabriel y Galán, donde se han colocado estas guías para ciegos tanto en el paso de peatones que lleva hasta Liberbank como en el que cruza hasta la Cruz de los Caídos. A ambas baldosas se une una hilera de guías que terminan, por un lado, en el bulevar central del paseo y por otro, en el bordillo situado justo al lado del quiosco de prensa (es el final del parque, después de esto hay carretera, aunque este último tramo de baldosas aún no se ha instalado). La función de esta fila de baldosas guía es servir al invidente de fachada (ellos siempre caminan pegados a la fachada para poder advertir con el bastón tanto obstáculos como intersecciones).

Hasta aquí todo correcto y, de hecho, tal y como está ejecutado, cumple a rajatabla la normativa. En cambio Caso insiste en que las baldosas se podían haber colocado de tal forma que se pudiera cruzar de un paso de peatones a otro en línea recta (ahora hay que hacerlo en tres pasos y con un rodeo) para evitar chocarse contra un árbol y una farola. Por su parte la Otaex recuerda al ayuntamiento que, para que la obra sea efectiva, debe mantener cortados los setos.