Más de 7.000 personas se dieron cita ayer en Cáceres en la tradicional San Silvestre, convertida desde hace 23 años en la antesala deportiva para despedir el año. La del 2018 se recordará no solo por el abultado número de inscritos, un centenar más que en la edición del año anterior, sino por el torrente de participantes, muchos de ellos sin dorsal y por la cantidad de público que siguió también el avance de la carrera en todo el recorrido. «Todos los establecimientos se han quedado sin dorsales y aunque la organización teníamos aún unos 200 no ha habido tiempo de hacerlos llegar para que se pudieran repartir. Ha sido un año con mucha gente en la carrera y mucha gente viendo la prueba», explicaba ayer Raimundo Medina, presidente vecinal de Hispanoamérica, que organiza uno de los eventos más populares de la ciudad, en el que El Periódico Extremadura es el medio oficial.

Aunque es una prueba competitiva, desde hace años la San Silvestre cacereña es también la cita que aprovechan grupos de amigos y familias (incluso con sus mascotas) para despedir el año haciendo deporte de una forma divertida. De ello dan fe los atuendos de muchos participantes (zancos, disfraces de dinosaurio, hadas, árboles de Navidad, pelucas de colores, espumillón...) y el ritmo de carrera en algunos tramos, con corredores que trataban de abrirse paso entre quienes se toman con más calma la prueba.

Más allá del evento lúdico y festivo, en la parte puramente competitiva de la carrera, Juan José Márquez se impuso en categoría masculina con un tiempo de 9 minutos y 5 segundos y en categoría femenina la ganadora fue Cristina Durán, que completó el recorrido en 10 minutos y 40 segundos. El recorrido de la prueba, de 2,8 kilómetros, salía como cada año de la plaza Mayor.

En el operativo participaron ARA (colaboraron con la policía local en controlar el tráfico durante la carrera) y DYA, con una treintena de voluntarios y varios vehículos. La cita transcurrió sin incidentes graves, aunque dos personas tuvieron que ser atendidas, una de ellas por una bajada de tensión al terminar la carrera. Los efectivos de DYA lo estabilizaron en la ambulancia.

El sorteo de regalos tras la prueba tenía como premio estrella un viaje a Marruecos de siete días, que ganó Jacinto Barriga.