Hoy todo parece empujarnos al desánimo y a la espera de que nos venga dada la solución a los problemas. Sin embargo, algunas frases de Nelson Mandela, recientemente fallecido, siguen resultando estimulantes. Esta es un ejemplo: "Siempre parece imposible hasta que lo haces". Uno de los Objetivos del Milenio, de las Naciones Unidas, ratificados por muchos países en el año 2000 es reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas que pasan hambre. Estamos muy lejos de ello.

El 10 % de la población mundial disfruta del 70 % de los recursos del Planeta, 870 millones de personas padecen hambre y, lo que es más grave, esto puede evitarse. La FAO dice que la producción agrícola del mundo es capaz de alimentar el doble de los habitantes, pero, anualmente se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos, más o menos un tercio de la producción del planeta. Como diría el líder africano, "la pobreza no es un accidente. Como la esclavitud o el apartheid, es una creación del hombre y puede eliminarse con la acción de los seres humanos". Y el papa Francisco también ha dicho: "El hambre y la desnutrición nunca pueden ser considerados un hecho normal al que hay que acostumbrarse, como si fuera parte del sistema. Algo tiene que cambiar en nosotros mismos, en nuestra mentalidad, en nuestras sociedades" y ha llamado a una "ola de oración mundial" bajo el lema "Una sola familia humana, alimentos para todos".

Los mercados, la bolsa, la banca,... son quienes realmente rigen a los gobiernos o cuentan con la complicidad de los mismos y desarrollan políticas que destruyen el planeta y condenan a la exclusión y a la muerte a millones de seres humanos. Mañana, al mediodía, comenzará una oleada de oraciones que se desarrollará por todo el mundo en búsqueda de una solución al problema del hambre y la diócesis de Coria-Cáceres en su objetivo preferente para este curso, también propone movilizarse con esta y otras acciones para que "otro mundo sea posible".