El cementerio está al límite. Solo tiene nichos para año y medio, después no cabrá un alma más. Hace meses que no hay sepulturas de nueva construcción y únicamente se pueden asignar las que ya han estado en uso y quedan libres, o las que no se adjudicaron por su excesiva altura. Las obras del nuevo pabellón funerario, con 250 nichos, se encuentran casi finalizadas pero será el último (se ha levantado aprovechando un espacio común). Mientras tanto, el ayuntamiento tramita con urgencia la ampliación del cementerio y espera construir unos 1.000 nichos en este espacio el próximo año. Pero el proyecto se remonta a finales de los 90 y desde entonces no ha salido adelante por unas u otras circunstancias.

"Esto es una barbaridad, apenas hemos tenido tiempo para resolver un asunto tan delicado. El cementerio se agota, no hubo previsión en las legislaturas anteriores. Vamos a llegar por los pelos, pero con la lengua fuera", afirma el edil socialista de Desarrollo Local e Infraestructuras, Miguel López. Por su parte, el PP también acusa al PSOE de no haber actuado con más celeridad para evitar la situación actual.

El cementerio no tiene nichos nuevos desde el verano. Ni siquiera cumple el decreto 16/2002 de policía sanitaria mortuoria, que obliga a los ayuntamientos a disponer de una reserva de 850 sepulturas para casos de catástrofes y a garantizar los enterramientos para los próximos 25 años.

En estos momentos dispone de unos 400 nichos que se han ido quedando vacíos en distintos pabellones, y de los 250 de nueva construcción que comenzarán a utilizarse en breve y que agotarán el espacio disponible. En el municipio de Cáceres fallecen entre una y dos personas cada día, de modo que la urgencia de la ampliación es patente. Pero además, esa ampliación solo servirá de cara a los próximos quince años, y por ello también se buscan ya terrenos para otro camposanto a las afueras.

DE PROBLEMA EN PROBLEMA El asunto fue puesto sobre la mesa a finales de los años 90 por el entonces concejal responsable del área, el popular José Joaquín Rumbo. En el 2002 ya estaba previsto iniciar las obras de ampliación del camposanto sobre un terreno de 17.695 metros cuadrados recibido como compensación por el nuevo residencial Montesol. Ese año, según Rumbo, ya existía una partida presupuestaria de 480.000 euros, pero unos problemas surgidos con la cesión del solar obligaron a aplazar el proyecto. Lo que sí se ejecutó fue una reforma de 470.000 euros en pintura, asfaltado, bancos, fuentes y saneamiento.

En el 2003 se anunció que la ampliación estaba en fase de proyecto, que había una partida similar presupuestada y que la nueva zona tendría una imagen más moderna: calles anchas, jardines... Mientras tanto continuaban las mejoras del recinto y la construcción de más nichos. En el 2004, Rumbo comunicó que el anteproyecto de la ampliación estaba redactado y que la idea era incluir una primera partida en el presupuesto del 2005. Además, desveló que el ayuntamiento ya estaba buscando suelo para un nuevo camposanto puesto que el actual solo cubriría la demanda por unos años.

Pero en octubre del 2005 el asunto de la ampliación seguía paralizado. El concejal Joaquín Rumbo volvió a anunciar que la obra se iniciaría en el 2006 y lamentó "el retraso y la lentitud" de este proyecto tantas veces pospuesto, achacando el problema a los Servicios de Edificación del ayuntamiento. Por entonces Rumbo ya defendía abiertamente la conveniencia de construir un nuevo cementerio, pero los redactores del plan de urbanismo no lo contemplaron.

En otoño del 2006 tampoco había rastro de la ampliación, pese a que existía otra partida ya establecida de 500.000 euros. Y entonces estalló la polémica. Rumbo pidió que se expedientara al jefe del Servicio de Edificación