Es una carrera, tal cual. Septiembre y sobre todo octubre se han convertido en meses estresantes para los padres de los niños que tomarán la Primera Comunión en mayo. Hay que conseguir salón porque se acaban. Mesones, restaurantes y hoteles cacereños ven llenar en pocos días sus reservas, tienen que hacer cábalas y a estas alturas ya han comenzado a rechazar ofertas. Profesionales de la hostelería aseguran que este año ha sido aún más precipitado: ya no les queda espacio para varios sábados de mayo y hay padres que se ven obligados a buscar y buscar. Hasta que no reservan, no descansan.

Y ello ocurre por tres circunstancias. La primera, el elevado número de niños que toman la Primera Comunión. Según los datos de la Diócesis de Coria-Cáceres, en 2016 recibieron este sacramento 1.372 niños en las parroquias diocesanas, que en 2017 se elevaron a 1.429 (los datos de 2018 se conocerán a final de año). El número crece y todos estos eventos coinciden entre el último fin de semana de abril y el primero de junio. El problema ya no es encontrar hueco en el salón preferido, sino simplemente encontrar salón.

La segunda circunstancia viene dada por la premura con la que se conocen las fechas de las comuniones. La inquietud de los padres por organizar un evento de este tipo, avisar con previsión a la familia y tener un lugar donde reunirla, ha motivado que las parroquias comuniquen ya las fechas al inicio del 3º curso de catequesis. Cuando iglesias como El Vivero o Mejostilla, de amplia población, anuncian su calendario de comuniones, media hostelería cacereña queda reservada. Por ello, aunque su ámbito sea solo religioso, las parroquias tratan de hacerlo más o menos al mismo tiempo.

Y la tercera circunstancia la revelan los profesionales de eventos y banquetes: los padres ponen una ilusión realmente especial en las primeras comuniones de sus hijos, y quieren que ese día todo salga lo mejor posible.

«Cada año completamos antes las reservas, esta vez ha sido más rápido aún. Ya tenemos todos los sábados ocupados y solo quedan disponibles algunos domingos», explica Emilia Campón, responsable comercial del Hotel Barceló Cáceres V Centenario. «Los padres vienen a informarse en julio y agosto, y en cuanto pueden hacen las reservas, este año desde septiembre, por eso tienen tanta necesidad de conocer el día exacto que les corresponde», indica.

LISTA DE ESPERA... SIN FECHA / «Las familias vienen ya a reservar incluso sin fecha, de modo que hemos tenido que crear una lista de espera que seguimos en orden de inscripción a medida que van conociendo qué sábado o domingo les ha tocado», desvela Jorge Sánchez, director del Hotel Hospes Palacio de Arenales & Spa, uno de los dos establecimientos cinco estrellas de la ciudad, que siete meses antes ya tiene mayo prácticamente ocupado. «El año pasado ocurrió así y el anterior también. Los padres se muestran angustiados hasta que conocen las fechas con seguridad, porque es cierto que pueden tener dificultades de encontrar salón si se retrasan más que otros padres», indica.

En El Mirador de Galarza no queda un solo espacio libre para comuniones el 11 de mayo, y hace una semana ya tenían el resto de los sábados reservados al 70%. «Este año el aluvión de padres se ha adelantado incluso más, hemos tenido que comenzar las reservas con antelación», subraya Ana Lucas, responsable de gestión de eventos. «De hecho, nosotros ya tenemos los menús de comuniones de 2019 listos por completo porque sabemos que cada año las familias vienen antes», destaca.

«En nuestro caso también llevamos años percibiendo la mayor rapidez de los padres por contratar un salón. En septiembre u octubre se realizan la mayoría de las reservas», afirma Ana García, responsable comercial del Gran Hotel Don Manuel. «Ya no tenemos espacio para el segundo ni el tercer sábado de mayo, y en el resto queda poquito», detalla. Los domingos están menos solicitados, «pero la tendencia también cambia», advierte, porque cada vez hay más padres que optan por este día para poder elegir tranquilos.

MENÚS DE 40-50 EUROS / Los establecimientos coinciden en que el cubierto medio de las comuniones oscila entre 40 y 50 euros. «El número habitual de invitados suele estar entre 30-35, si bien algunas reúnen a 50, incluso las hemos tenido de más de 100 comensales», indican desde el Barceló V Centenario. Por tanto, una celebración media de este tipo sale por unos 1.500 €, a los que hay que añadir los extras, y ahí los establecimientos se pliegan a lo que pidan los padres, sobre todo más aperitivos de entrada, mesas de chuches, copas en los jardines (unos 5 € cada una), barra libre o animación infantil (muchos salones la aportan). Cada año, los establecimientos cuidan más la estética de las comuniones.

«Algunas familias ya extienden la celebración hasta la noche. Hay padres que previamente reservan aperitivos para la cena, porque durante la tarde se van incorporando amigos que no ha acudido a la comida, más familiar», desvelan en Galarza. «A diferencia de otro tipo de eventos, en las comuniones no se mira tanto el bolsillo, se trata de un día muy especial para los niños y a los padres no les importa gastar un poco más», indican desde el Hotel Don Manuel.

«En definitiva, nos adaptamos a todo lo que pida el cliente: candy bar, cortadores de jamón... Las comuniones son importantes para la hostelería cacereña y ponemos un cuidado especial», concluyen desde el Palacio de Arenales.