Al teléfono, la voz de Pablo Alborán suena a la de un tipo educado, con ligero acento andaluz, simpático, natural y cercano. El artista malagueño parece que estuviera empezando y apenas se muestra como la estrella que es: un superventas que no ha parado de triunfar desde que comenzara una fulgurante carrera hace menos de tres años. En Cáceres, coincidiendo con el día de su cumpleaños --hará 24 el próximo viernes 31 de mayo--, será la gran estrella de la programación musical de las ferias de San Fernando en el hípico.

--Vuelve a Cáceres un año después, precisamente cuando actuó también en unas ferias...

--Fue un momento muy bonito. Además, me acuerdo que estuve paseando por Cáceres, una ciudad que me encanta. En el AVE vi un reportaje de la ciudad en la revista del tren y me quedé enamorado. Cuando fui el año pasado pedí que me enseñaran el casco antiguo y me encantó. Espero que este año todo salga igual de bien.

--Viene del mar y le enganchan las ciudades de interior...

--Sí, porque me gusta mucho la arquitectura y estudiar la historia de cada sitio. La verdad es que Cáceres es muy bonito y un lugar muy inspirador.

--¿Cuál es el secreto para aguantar de aquí para allá?

--¿Mis secretos? Mucho deporte, dieta mediterránea y disfrutar, sobre todo disfrutar. Cuando te comes el coco más de la cuenta, las cosas empiezan a salir mal. Estoy viviendo un momento muy dulce, muy bonito, con muchísimo trabajo y responsabilidades pero, al fin y al cabo, es para disfrutarlo, que es lo que hace que todo salga bien.

--Se lo está pasando en grande...

--De gira me lo paso muy bien porque es donde se ven plasmadas mis ideas. Este año pasamos de 35 a 95 personas en el equipo, hemos incorporado un músico más, pero todo dentro de la sencillez. Visualmente, soy bastante esteta, doy mucha importancia al diseño visual y creo que este año era importante dar ese paso. Ahí me lo pasó como un enano.

--Como el Málaga, que ya juega en la Champions...

--Han sufrido muchísimo porque se les ha subestimado. El Málaga siempre ha tenido un equipo bestial y una plantilla espectacular. Y se ha demostrado.

--El año pasado hizo el 'show' a cubierto, en el palacio de congresos, y este año toca en el hípico, al aire libre. ¿Cambia mucho el planteamiento?

--La gente se merece un alto porcentaje de espectáculo. Vivimos un momento en el que la gente se tiene también que divertir. Aparte del gran porcentaje de baladas en mis canciones, este año hay una parte rítmica que quiero fomentar. Las canciones lentas quiero que sigan en acústico, con ese concepto más puro y sencillo, pero era necesario dar un salto en las rápidas para que la gente salte, baile, se desmelene y se deje llevar.

--Se va a soltar el pelo...

--Bueno, bueno... La idea es que todos lo pasemos bien. En el directo va a haber de todo: desde rock a electrónica, acústico, baladas, etcétera, etcétera...

--Si se lo dicen hace un par de años, no se lo cree...

--Está claro. Más que lo sucedido, lo importante ha sido la posibilidad de hacer cosas que tienes en la cabeza y que sabes que puedes conseguir. Por ejemplo, dar un concierto en un lugar soñado hace muchísimos años. Es ese tipo de cosas que me hacen ver que, a veces, los sueños se cumplen, por muy cursi que suene.

--Hace un año, afirmó que había que disfrutar con el aprendizaje. ¿Se mantiene en la idea?

--Sigue siendo así. No dejamos de ser aprendices. Han pasado dos años y medio desde que saqué el primer disco y sigo sintiendo que esto es infinito y que hay un mogollón de cosas por aprender, y que nada es fácil. La gente a lo mejor solo ve la faceta de la sonrisa en televisión, pero detrás hay un equipo que ha creído en mí desde el minuto uno, desde hace muchísimo tiempo y que hace que todo esto sea posible.

--¿Cómo busca los momentos de tranquilidad para escribir?

--Ni siquiera los busco. Si tengo ganas de componer, agarro la guitarra y me pongo a componer esté donde esté. Antes pensaba que solo iba a poder en la tranquilidad, la soledad o en la noche y, qué va, este último disco lo he compuesto entre viajes y hoteles, y en los descansos entre entrevistas en televisión. Es verdad. Hay discos que, cuando los escucho, me llevan a tantos momentos, tantos viajes. Por eso digo que este disco está muy vivo. En la gira, con los vídeos, que nunca he llevado vídeo, no quiero que sean al uso. No es una única pantalla, son varias divididas en las que se proyectan imágenes sugerentes que me han llevado a lugares. Canciones que me llevan a Portugal o Venecia. Es algo muy bohemio.