Los institutos de Educación Secundaria Profesor Hernández Pacheco y Norba Caesarina son los dos únicos centros de la ciudad que contemplan clases por la tarde de cara al próximo año. El curso escolar deberá adaptarse a la pandemia y, para evitar posibles contagios, en Secundaria se exige mantener la distancia de seguridad de un metro o metro y medio y evitar aglomeraciones a las entradas y salidas. Para poder cumplir los protocolos, las clases vespertinas ha sido la única alternativa viable que han encontrado ambos centros. Afectará a unos 700 alumnos entre los dos, de los cursos más mayores; pero los estudiantes se niegan.

En el caso del Hernández Pacheco los que tendrán horario vespertino serán los de Bachillerato y los ciclos formativos. Son estos últimos los que tienen mayor problema porque advierten de que no podrán compaginarlo con el trabajo, lo que les obligará a anular la matrícula. Inciden, además, en que el cambio no se ajusta a lo pactado con el centro porque, cuando formalizaron la matrícula, en ella se especificaba que lo hacían para el turno de mañana.

Los alumnos de Farmacia y Parafarmacia han remitido un escrito a la Junta de Extremadura para que reconsidere la decisión porque aseguran que, si se lleva finalmente a cabo, les será imposible compatibilizar las clases con su vida profesional (muchos de ellos trabajan) y personal. «Mis profesores y muchos estudiantes son padres y madres con niños y familia a su cargo o trabajadores que necesitan ese trabajo para poder seguir con sus estudios», anotan .

No comprenden, según señalan, que se les haya modificado a ellos el horario lectivo porque sus aulas se encuentran en un pabellón aislado del resto de los cursos de ESO y Bachillerato y con baños también independientes. Por esta razón consideran que su asistencia al centro por la mañana no incide a la hora de poder mantener los protocolos de seguridad frente al coronavirus. Reconocen que el problema sí podría darse a las horas de entrada y salida del instituto; por ello proponen adelantar o atrasar su salida y entrada para evitar precisamente las aglomeraciones (el Hernández Pacheco es uno de los centros más grandes y solicitados de toda la ciudad). «Somos alumnos mayores y responsables con la situación que atravesamos y nuestros profesores son personal sanitario y están totalmente capacitados para mantener el orden en las aulas», insisten.

Por su parte, los alumnos de Bachillerato de ambos centros advierten de que les será imposible compaginarlo con las escuelas de idiomas o el conservatorio . Tal y como señalaba hace unos días en este diario Andrea Shuai Baile, del Norba Caesarina, muchos no podrán compaibilizarlo, por ejemplo, con la escuela de idiomas: «Muchos necesitan un determinado nivel de idiomas para acceder a la carrera o a una beca deportiva», anota. Y propone también modificar las horas de entrada y salida para evitar aglomeraciones o que se desdoblen los cursos para poder ofrecer turnos de tarde y de mañana: «Nos enfrentamos a la EBAU, nuestro futuro depende de la nota que saquemos», añade.

Por el momento no hay nada decidido; los planes deben ahora ser estudiados por la Inspección. La Consejería de Educación ya advirtió de que el turno de tarde debía ser la excepción pero se aceptará si es la alternativa más viable para garantizar la seguridad.