TBtajo esta ilustrativa etiqueta se pueden encontrar a personas que se cuentan por millares y que solicitan al Gobierno que dé marcha atrás en su decisión de eliminar un organismo como el Consejo de la Juventud de España. Todo parece indicar que la supresión dará vía libre a muchas autonomías y ayuntamientos para hacer lo propio.

Tras los vacuos argumentos que se aducen para apoyar esta decisión, se esconden en sus despachos muchísimos cargos políticos que hoy se callan y que no hace mucho eran firmes defensores del movimiento asociativo. Cuento varios de estos desmemoriados entre los miembros del Consejo de Gobierno regional y concejales del PP en Cáceres. Ninguno ha alzado la voz para criticar esta decisión. Silenciados por esta dinámica absurda de recortes, empujarán al abismo a estos órganos de participación tan necesarios.

Con muchos de esos hombres y mujeres, jóvenes todavía, he tenido la oportunidad de discutir, de hacer propuestas, de fortalecer ideas. Por eso no me creo que gente como Juan Parejo , Jorge Carrasco , Alberto Casero o Luis Alfonso Hernández Carrón hayan cambiado tanto su manera de pensar como para estar a favor de una medida que lapidará años de esfuerzos, recuerdos y sacrificios. He formado parte de asociaciones juveniles, a las que sigo vinculado en la medida de mis posibilidades, y también he tenido responsabilidades en el Consejo de la Juventud de Extremadura.

Defendí incluso en ese momento en una época muy delicada para las Nuevas Generaciones del PP que se mantuvieran formando parte del Consejo de la Juventud, a pesar de que su participación fuera inexistente. Creo en la participación juvenil y en la pluralidad y lo seguiré haciendo. De todo ello me siento orgulloso. Mucho de lo aprendido en esos años lo llevo hoy a la práctica en la gestión de equipos, resolución de conflictos, creación de propuestas o la transformación de la sociedad. Porque merece, mucho, la pena: salvemoselcje.