THtoy envidio a otras comunidades que tienen eso que llaman 'su tierra', nosotros quizás por historia no tenemos tierra, o no la sentimos... ni industria, ni manera de sobrevivir mas allá de una oposición, que a día de hoy es como encontrar un príncipe azul, aunque bien visto y según está la monarquía es mejor encontrar uno de esos que reciben sobres.

Quedarse o salir corriendo. Siento decirles que ni yo mismo encuentro la respuesta, pero a diario observo a talentos maravillosos destalentarse (acabo de inventar un nuevo termino), deshacerse. Señores, este país se enfrenta a la fuga de cerebros, y Cáceres a la fuga de cuerpos, por que poco a poco y como peces en una pecera creo que huimos sin esperanza, dispuestos a perder años de formación detrás de cualquier puesto para subsistir.

Señores, a los que manejan la mente, pagarle ayuda; a los que manejan la tierra, pagarle consejo; a los que manejan la idea, pagarle creatividad; a los que investigan sabores, pagarle prestigio, a todos los que siguen aquí surtiendo esta tierra de pasados y futuros emigrantes.

La región que pierde a la gente formada, se vuelve menos válida.

Cada vez siento que en torno a mí tengo menos iguales, iguales en esperanza, en lucha, en destrezas, en ganas de querer luchar por cambiar el aquí.

Ya no vale solo la denominación de origen, si tenemos la materia prima ¿por qué no tenemos como transformarla? ¿Qué podemos esperar si nuestros tomates o jamones se etiquetan en otras regiones? Protegemos el lince, protejamos al nuevo animal en extinción: creativos y emprendedores.

Señores y señoras prepárense para ver como se quedan las cigüeñas que es lo único que se va a quedar. Sea como sea ruego a las cigüeñas, ya que traen pocos niños, se dediquen a devolvernos nuestros genios. Si en el pasado éramos tierra de conquistadores, ahora toca autoconquistarnos. A los desenamorados en un fin de semana tan complicado, sáquenle provecho a esta circunstancia creativa. Este desenamorado de Cáceres les desea que el descriterio les acompañe.