Tras 52 días de movilizaciones, nueve de ellos en huelga de hambre, el pasado 22 de noviembre los bomberos y los responsables de la diputación llegaban a un acuerdo que ponía fin a uno de los mayores conflictos vividos en el Sepei. Atrás quedaban encierros, manifestaciones, denuncias televisivas y un ayuno de nueve días que se dejó sentir en los cuerpos de estos trabajadores que exigían mejoras económicas, pero también mejoras laborales.

Tras la desconvocatoria de la huelga los bomberos hacían ver que el acuerdo no se había alcanzado de forma unánime, pues aún había muchos que no estaban totalmente de acuerdo con lo pactado y aseguraban que el problema no se había resuelto totalmente, que seguía habiendo carencias. Aunque cedieron, anunciaron que crearían una comisión de seguimiento para vigilar el cumplimiento de todos los acuerdos alcanzados. Tenían dudas, y ahora parece que se han confirmado.