TAtl PP no le gustó la remodelación de la Plaza Mayor. Estaban muy satisfechos con la bandejina que habían instalado y que según las malas lenguas habían adquirido en una tienda de 'Todo a cien'. Llegados al gobierno se enteraron de que el personal había acogido con cierto entusiasmo la nueva plaza pues nunca ha sido tan paseada y frecuentada como ahora, desde tiempos de Maricastaña cuando el paseo matutino de los domingos, tras asistir a misa como Dios y el régimen mandaban, se celebraba en ella. Ahora la plaza es patrimonio de la Virgen de la Montaña, del Womad, de San Jorge, de los Reyes Magos y de muchos paseantes. Un avance considerable si tenemos en cuenta que no hace tanto tiempo era un garaje.

Así pues nuestros ediles comenzaron a maquinar: "¿Qué podríamos inventar para hacerla incómoda para los vecinos?". Ahora, puesto que en Cáceres no existen instalaciones deportivas según parece, han montado un aparatoso monstruo para celebrar un torneo de padel, que, como se sabe, es un deporte de masas, que no solo contiene una pista con sus graderíos sino establecimientos comerciales. El instalador preguntó en qué lugar la colocaba y le dijeron que en el centro. "Es que tapará los lienzos de la muralla, la Torre del Bujaco, el Arco de la Estrella, es decir, las perlas de la ciudad y el reclamo del turismo. ¿No sería mejor ponerla delante del ayuntamiento?". Y el instalador apostilló: "Total para lo que sirve". Suponíamos que existiría un protocolo que explicitara las condiciones que debe reunir un acontecimiento para que se celebre en la plaza, como que sean tradiciones. A esa se ha unido otra: que proporcione ingresos al ayuntamiento y de paso, según las malísimas lenguas, a los amiguetes. Miedo me da, porque el CP Cacereño está buscando un campo de fútbol.