«Hay tareas que habría terminado en tres minutos, pero en estas condiciones me llevan hora y media. La falta de fibra supone mucho, cuando trabajo desde casa solo cuento con 3 megas». Así lo explica Florián Pérez, responsable de una empresa de gestión que colabora con otras firmas. En no pocas ocasiones debe buscarse alternativas para cumplir a punto con sus cometidos.

«Solo nos queda luchar para que nos instalen fibra óptica, pagamos igual que otros usuarios y no tenemos las mismas opciones», critica. Florián nació en la parte antigua y ahora vive en la calle Gloria. «Es un sitio magnífico, una buena ubicación, sales y estás a dos pasos de la plaza Mayor. Otra vez la gente joven se viene a vivir a la zona, pero esto hay que solucionarlo porque es un inconveniente», afirma.

De hecho, Florián no comprende la existencia de tantos cables colgando por las fachadas. «Los vecinos van haciendo obras y los van dejando como pueden, queda estéticamente horroroso». Por eso considera que el ayuntamiento debería iniciar el soterramiento de todas estas conducciones, una acción que además permitiría incorporar la fibra óptica.