Mucho más que pan: una cultura saludable, una inquietud cooperativa, una vocación por las cosas bien hechas y un espíritu ecológico que envuelve todo el proyecto, desde las materias primas hasta las maderas recicladas del obrador. Javier Arinero abrirá en enero ‘La Panadería’, un negocio que parte con el eslogan ‘Pan hecho a mano con cariño’, que ha conseguido el segundo premio a las ideas emprendedoras de la Diputación Provincial.

Javier se trasladó desde Huesca a Peraleda de la Mata hace tres años con su mujer y sus dos hijas. Periodista y diseñador gráfico, tuvo la valentía de apostar su futuro a lo que más le ha atraído siempre: el pan bien hecho. «Hace cinco años me puse a indagar en este mundillo, cuando todavía vivíamos en Huesca. Los panaderos fueron realmente amables, me abrieron sus obradores, pasé las madrugadas con ellos y me llevé un trocito de aprendizaje de cada uno», relata. Además contactó con gurús del gremio como Ibán Yarza.

Cuando se instaló en el municipio cacereño por cuestiones familiares ya no solo tenía un sueño: tenía un oficio aprendido y mucha suerte, porque Peraleda de la Mata, con 1.400 habitantes, llevaba sin panadería desde 1975. Carencia que se subsanará este mes de enero, cuando Javier Arinero abra su obrador, donde hará panes con fermentaciones largas (de 12 a 24 horas) para recuperar los procesos naturales, además de repostería horneada (bizcochos, hojaldres...) y panes típicos del pueblo desaparecidos hace décadas como el llamado ‘de corona y suelo’ y el ‘boruco’. «Trabajo para devolver al municipio su identidad en este sentido», afirma Javier, satisfecho de contribuir a fortalecer el medio rural, recuperando un servicio básico.

En su línea de compromiso personal, también ha contratado la electricidad a través de una firma que le asegura energía de fuentes renovables, y obtendrá la harina de un molino próximo. Pero además, ‘La Panadería’ quiere ser divulgadora de una alimentación saludable a través de talleres gastronómicos, y para ello ha dispuesto módulos móviles que permitirán actividades de venta, formación y convivencia, todo ellos en materiales reciclables. También quiere extender su filosofía para convertirse en una cooperativa de trabajo asociado. En definitiva, Javier Arinero ha sabido alimentar sus inquietudes, y 45 años después Peraleda de la Mata vuelve a oler a pan recién hecho.