Siempre lo había sospechado pero en estos días de lluvia lo he confirmado: el pantano de abastecimiento de aguas a Cáceres se ha hecho en un mal lugar. El Guadiloba recoge poca agua y se consume muy pronto. Existen otros muchos lugares y mucho más cercanos a la población que proporcionarían enormes cantidades de agua. Y sin ese mal sabor y olor que a veces tiene. Por ejemplo en Fleming 2. Desde tiempos inmemoriales los tragantes no funcionan como es debido, y menos ahora con la obra de la escalera de acceso desde la Plaza de Albatros, y se acumulan delante del edificio ingentes cantidades de agua que dificultan de tal manera el paso de los vecinos que se han visto obligados a apuntarse a cursos de tirolinas.

No menos abundante es el lago del que disfrutan las Carmelitas, aunque este tiene los días contados pues antes de inaugurarse el Corte Inglés habrá desaparecido a no ser que la empresa tenga que agotar existencias de canoas. ¿Y qué me dicen de la mayoría de los pasos de peatones? Eso sí que es puntería. Quizás no exista un charco en toda la calle pero en el paso de peatones no puede faltar. Lo que está muy bien pensado es lo de las avenidas de salida de la ciudad. Anegadas de agua para obligar a los turistas a pasar una noche al menos en la ciudad. El lector me perdonará por no hacer mención del agua que se acumula bajo las baldosas y que se catapulta hacia las piernas pero es que he salido esta mañana y aún me estoy acordando de la familia de algún concejal. En fin, que lo de Portaje es un dispendio.