NACIO EN MADRID

EDAD 25 AÑOS

PROFESION PERIODISTA

CARGO EDITOR DE INFORMATIVOS EN RADIO SURCO TOMELLOSO (CIUDAD REAL) Y JEFE DE PRENSA DEL CLUB BALONMANO CIUDAD DE SALAMANCA. CURSA ESTUDIOS DE COMUNICACION AUDIOVISUAL

Entero y consciente de afrontar el momento más difícil de su vida, A. T., el hijo mayor del matrimonio asesinado en Montesol, habla en EL PERIODICO de esta tragedia.

--¿Qué supone para su familia que ya haya dos detenidos?

--Que el trabajo se está haciendo rápido y bien. En ese sentido, estamos bastante agradecidos a la labor de la policía y el juzgado. El secreto sumarial se está manteniendo y eso está ayudando sin duda a que haya habido dos detenciones.

--¿Qué cree que pudo ocurrirle a sus padres?

--No se nos ha explicado. Hablo con la policía y aprovecho para intentar enterarme de algo, pero es imposible. El hermetismo es total. Puedo tener mis creencias pero, como no son fundadas, quiero predicar con el ejemplo y no decir nada. Porque es lo que pido, que no empecemos a hacer cábalas. No es una muerte ni provocada por nada ni querida por nadie. Esto no es ni un ajuste de cuentas ni nada de lo que se está diciendo. Se ha dejado entrever que había relaciones pseudomafiosas, eso es algo que está fuera de cualquier tipo de duda. No existían. Cualquiera que conozca a mis padres, aunque sea de cinco minutos o de toda la vida, sabe que es imposible.

--La investigación apunta por ahora al entorno de los trabajadores de sus padres.

--Yo no vivo en Cáceres, no conozco ni a la asistenta, ni al fulanito de la asistenta ni a nadie en esta película. Para mí todo esto es nuevo. Conozco a mis padres, con eso me basta. Es cierto que mi padre estaba las 24 horas encima de mi madre para protegerla y cuidarla. Eso es una forma de vida que nos han enseñado a nosotros. Es igual que lo que dicen del dinero que se mueve o se deja de mover. A nosotros nos han educado en la austeridad y no en la ostentación, que es lo que parece con eso de que iban enseñando el dinero . Es una forma de ser, tan legítima como otra. No me quiero meter en camisa de once varas, de si esto les ha beneficiado o perjudicado en lo que haya podido pasar. ¿Que ellos eran buena gente? Por supuesto, pero no lo digo yo que soy el hijo. Lo dice el 99,99% de quienes les conocían.

--¿Confía en la justicia?

--Absolutamente. No se me ha pasado por la mente que esto no se vaya a resolver.

--¿Hay algo incierto en lo que se ha dicho sobre sus padres?

--No estamos aquí para justificar su vida, como que si hay un sueldo elevado por qué lo hay y si se lo gastan, por qué y en qué. Cada uno es libre de hacer con su dinero lo que quiera. Está más que probado de dónde viene: hay una pensión por una enfermedad grave.

--¿De quién es esa pensión?

--De mi madre. No voy a decir en qué trabajaba porque todos sabemos, por desgracia, en qué trabajamos, cómo respiramos y a qué hora lo hacemos en cada momento. Es lo que más me ha molestado, que nuestra vida se haya publicado en fascículos, sobre todo, de cara a mis hermanos. Es normal que la información sobre mí salga porque formo parte de un club deportivo y de un medio de comunicación, pero quiero preservar la intimidad del resto de mi familia. Se la relaciona con gente marginal, que si la asistenta es sudamericana y eso trae problemas, que si éste está con la droga... Las relaciones de mis padres, aparte de que no hay por qué explicarlas, son completamente normales. Somos una familia normal. Nos ha pasado a nosotros como le podía haber pasado a otras personas. Mi padre y mi madre son unas víctimas, no solo la familia que también lo somos. Juan Antonio y Mercedes son víctimas de una agresión brutal, que cada vez que se conocen más detalles más brutal parece, y nos estamos olvidando de eso, que son dos víctimas que han muerto con poco más de 50 años.

--¿Por qué estaban en Cáceres y a qué se dedicaban?

--Estaban jubilados. Con dos niños pequeños, uno que va a empezar la universidad, y creo que eso es suficiente motivo para trasladarse a Cáceres, al margen de que tenemos más familia en la ciudad. Como mi vida a partir de ahora, que estará en base a unas motivaciones, más o menos difíciles y que también ponderaré para hacerme cargo de la familia. Eso mismo, trasladado a dos personas de 50 años sin trabajo, hicieron mis padres. Como cuando estábamos en Bélgica y nos volvimos a España, por una motivación también normal, no mafiosa ni nada de eso. Volvimos por un motivo tan tonto como el clima.

--¿Pero qué hacía su padre?

--Estudió Psicología.

--¿Cómo quiere que se les recuerde?

--No me gustaría que se les recordara como a dos personas que sufrieron una brutal paliza, que no sé cómo ha sido y realmente no sé si quiero saberlo. Como lo que eran: una pareja normal y corriente que tuvieron tres hijos con los que estaban muy contentos y nosotros con ellos. El recuerdo de una pareja que, por desgracia, ha tenido que abandonar este mundo con poco más de 50 años. Y yo tampoco quiero que se me recuerde como el hijo de la pareja a la que mataron ni sacar tajada de esto o que algún familiar lo haga.

--¿Cree que lo que ha ocurrido les puede pasar factura?

--Quiero creer que no. Seré muy optimista, pero creo que se va a hacer justicia en no demasiado tiempo y que la vida va a ir bien.