Una conocida de Juan Antonio Torrecilla, el hombre asesinado junto a su mujer en el residencial Montesol en octubre del año pasado, declaró ayer que la víctima le había confesado días antes de su muerte que había tenido que despedir a la asistenta y principal imputada en el crimen porque "había hecho una cosa muy mala", aunque no llegó a revelarle el qué, según el testimonio que prestó ayer ante el juzgado y al que ha tenido acceso este diario.

La mujer, cuya identidad responde a las iniciales L. R. S., compareció en calidad de testigo y ratificó prácticamente la declaración anterior que realizó ante los investigadores policiales que llevan el caso. Explicó que la víctima le dijo un día que no estaba "contento" con la empleada de hogar, que ésta "había hecho una cosa muy mala y que la había echado fuera de casa, pero que no podía decirle porqué la había echado".

Asimismo, Torrecilla aseguraba, según la testigo, que la asistenta estaba enamorada de su chófer y hombre de confianza, Rafael S. G., pero que él no le correspondía. Rafael S. G., también está imputado en el caso, pero en libertad provisional por la falta de indicios suficientes que sostengan su implicación. Es precisamente el testimonio de la asistenta, A. A. da. C., en prisión preventiva, la que inculpa al chófer al asegurar que escuchó a la víctima discutir con él en el salón de la vivienda mientras ella se encontraba en el garaje y minutos antes de hallar los cadáveres, aunque no avisó a la policía.

Juan Antonio Torrecilla y su mujer Mercedes García de las Heras fueron molidos a golpes, supuestamente con un bate de béisbol, y acuchillados. Sus cuerpos se encontraron al día siguiente, el 22 de octubre. En sus uñas se han hallado restos que ya han sido analizados y que podrían relacionarse directamente con el autor o autores del brutal homicidio. Aún se está a la espera de algunas pruebas de ADN y la investigación sigue abierta.