La parroquia de San Eugenio es el colectivo que mejor conoce los problemas de Aldea Moret y que más se implica con sus vecinos, por ello aprovecha el Presupuesto Participativo y reclamar una serie de actuaciones: mejora de las pistas de juego situadas junto al colegio, «muy deficitarias»; reforma de la zona quemada en el puente de entrada al barrio con setos o barandillas; instalar una marquesina en la parada Río Tíber, donde los usuarios están a la intemperie; y regular el tráfico en horas punta para evitar las «velocidades inadecuadas».