Para andar miles de kilómetros primeramente hay que dar un paso, y ahora mis pasos me llevan a escribir mi columna semanal de El Periódico Extremadura en la edición del domingo.

Hoy domingo es un día perfecto para idear, estructurar, programar y materializar la semana que empieza. También es un día estupendo para todo lo contrario y recordar que el tiempo no existe que es un concepto inventado para hacer la vida más cómoda, para organizar, sintetizar, definir o medir. Una medida según la rae es una repetición sobre su misma unidad, en este caso es el segundo.

En 1884 Stanford Flemming , en Washington, fue quien establece un único sistema de horario internacional, tal como lo conocemos hoy día. Y por lo tanto nuestros días y entonces nuestras semanas se rigen a partir de una señal que está una isla remota del Pacífico, donde tan solo un metro de distancia separa el ayer del hoy.

Otros conceptos como el "Tiempo de Planck" que es el intervalo de tiempo más pequeño que puede ser medido utilizado en la física cuántica, o también los años luz, donde la distancia (otro concepto inventado) va asociado al tiempo que "recorre" la luz en un año. Desde luego, los espacios, los tamaños, es otro concepto teórico asociado a nuestra especie homínida (otra clasificación más).

Conviene usar el domingo, también, para vivir sin reloj, sin el calendario, para dejarse llevar y desconectar. Esta vida está llena de contrastes, y al igual que es necesaria la izquierda también lo es la derecha, el blanco para el negro, por esta regla de tres el descanso es parte indispensable de la actividad.

Parece imposible que el ser humano pueda estar de acuerdo en algo pero con nuestro sistema horario universal se pone de manifiesto que se puede. Nada tan relativo, tan individual y tan cambiante como este concepto, pero sin embargo parece que es un idioma que todos entendemos.