Estos días Cánovas podría ser rebautizado como el paseo de la música. No solo la ciudad monumental es el epicentro de Womad sino que su espíritu cala en toda la ciudad. Ayer en Cánovas se mezclaban diversos sonidos, la flauta de la familia peruana que se sitúa justo al comienzo del paseo, la batucada junto al Bombo y este año, también, Doctor Bucketman, que crea música con elementos cotidianos que poco o nada tienen que ver con la percusión. Él, en lugar de poner una sartén o una olla al fuego, la coloca boca abajo y la convierte en música. Es la esencia de Womad, que nos enseña que lo diferente también es arte.

Ayer no pasaba desapercibido. Y gustaba. Vive en Madrid y lleva ya tres años viniendo a este festival. Dice que se ha criado con música. Es batería profesional; de ahí que un día, hace nueve años, se lanzara a probar este nuevo estilo, del que es autodidacta. «Me gusta porque es un estilo que la gente tiene poco visto y se sorprende», señala mientras no deja de tocar su batería. Suena a hip-hop, funk, tecno,...

Se gana la vida tocando música por todo el mundo. Desde las calles del metro de Madrid hasta las de Oriente Medio, África y media Europa. Y es que la música le ha regalado otra parte importante: viajar por todo el mundo.

Su historia ha sido incluso protagonista de un corto producido por Carlos Carcas (que produjo también un documental sobre Bebo Valdés), que ha ganado el premio el festival de Chicago en la modalidad de música. Estos días Bucketman ha sido también protagonista, pero esta vez del paseo de la música. H SIRA RUMBO