Las incineraciones tienen un coste de 360 euros. Pueden solicitarse a través de la propia compañía de decesos, que ya ofrecen esta opción, o bien, si el usuario carece de póliza, llamando directamente al crematorio.

La incineración tiene una duración de tres horas. La temperatura del horno va creciendo hasta alcanzar los 900 grados. Los familiares disponen de estancias habilitadas para la espera, incluso de una capilla si desean celebrar el funeral.

Las cenizas se entregan en un depósito especial. Existen dos opciones: las familias pueden introducir este depósito en los columbarios del cementerio, o bien insertarlo en una urna para otro fin (hay quien las deja en el hogar, las entierra bajo un árbol o las esparce en por el campo pero nunca en la vía pública). Se fabrican urnas biodegradables para el mar, realizadas en pino y otros muchos modelos, con un coste de unos 100 euros.