"Todos somos Patrimonio de la Humanidad". La frase del actor Alberto Amarilla durante la gala que sirvió anoche para celebrar los 25 años del título concedido a Cáceres por la Unesco en 1986 sonó contundente. Recordaba el artista a los "hospicianos" que vivieron en el mismo conventual donde él anoche demostró sus excelentes dotes para cambiar de registro: de la parodia de Boris Izaguirre al ventrilocuo que narraba el cuento de la princesa y San Jorge o al estilo Pepe Isbert, leyendo con un acento muy particular el bando de la declaración de 1986.

Pero Amarilla no fue el único que hizo disfrutar al público que casi llenó el auditorio del San Francisco. El pianista Antonio Luis Suárez destapó la caja de las emociones abriendo el acto con Cazires , una pieza compuesta exclusivamente para la ocasión a la que acompañaron imágenes del Cáceres de antes y ahora.

La música también sonó con las intervenciones del tenor Alonso Torres y el broche final lo puso la cantautora Estela, que subió al escenario a un coro de 40 niños de los colegios Diocesano y María Auxiliadora para interpretar Cáceres te abre las puertas , la canción que fue himno de la capitalidad y de la que ayer ofreció una nueva versión acompañada por la banda sinfónica de la diputación.

Antes Amarilla había tenido tiempo para bromear sobre el cubo de Atrio, el palacio de Mayoralgo, la bandejina de la plaza Mayor y hasta con el AVE que ya le habían prometido a Alfonso XII cuando vino a Cáceres en 1881. Sus guiños sirvieron para ponerle pimienta a una gala con artistas de la casa, esos que no lo han tenido fácil para crecer y que ayer demostraron que Cáceres les importa aunque hayan tenido que marcharse. Dentro de 25 años podrán contar que dieron brillo a un aniversario monumental.