Religión igual a paz, si hay algún binomio del que he estado y estoy convencido, es que la religión, hablo del cristianismo, que es el que conozco y práctico (los especialistas en historia de las religiones quizá puedan generalizarlo), es que la vivencia de la misma siempre tiene que llevar a buscar y conseguir la paz. Cuando no lo hace es que la religión solo es una excusa para conseguir otros fines confesables o no.

Más de uno me dirá, estoy de acuerdo con su pensamiento, me parece muy loable, pero es poco realista, échele usted un vistazo a la historia de su religión y dígame la página en la que esa intención comienza a ser cuestionada y contradicha, seguro que el número no es muy alto. Y tendré quizá que aceptarlo, pero no puedo confundir lo que es el fundamento, el origen, la esencia de lo que creo y muchas de las obras de los creyentes en la misma.

He dicho muchas, no todas, porque puedo enumeraros también cantidad de hechos, de personas, de logros que manifiestan y seguirán manifestando la realidad de título de nuestra mirada semanal.

La comunidad de San Egidio es una comunidad cristiana que nació en 1968 al terminar el Concilio Vaticano II. Con los años se ha convertido en una red de comunidades que se ha extendido por más de 70 países y que dedica una especial atención a las periferias y a los periféricos. La forman hombres y mujeres de distintas edades y extracciones que están unidos por un lazo de fraternidad basado en la escucha del Evangelio y en el trabajo voluntario y gratuito por los pobres y por la paz.

Os invito a conocer más de este movimiento a través de los medios digitales. Del 15 al 17 de septiembre se ha celebrado en Madrid el Encuentro Internacional de Oración por la paz, organizado por esta comunidad. Cuando se cumple el 80 aniversario del inicio de la segunda guerra mundial este encuentro ha querido ser un contrapunto.

A dicho encuentro han asistido el cardenal de Madrid Carlos Osoro, representantes de Naciones Unidas y de la CEE, el ministro de Asuntos Exteriores de España, el presidente de la República Centroafricana, el rabino jefe de Tel Aviv, el metropolita ortodoxo, el rector de la universidad de AlAzhar de Egipto, el patriarca Caldeo…, charlas, mesas redondas… Todo para convencerse de que la paz no es la meta sino el camino.