Muchos políticos cacereños han soñado con un gran bulevar ampliamente peatonal desde la Cruz de los Caídos hasta la plaza Mayor. Pero a día de hoy ni siquiera está acotado el anillo del casco viejo que circunda la joya intramuros. La mayoría de las ciudades con patrimonio monumental tienen ya blindados al tráfico sus entornos. A Cáceres le falta camino por recorrer, pese a que la aventura de la peatonalización se inició hace 14 años con el cierre de la calle San Pedro y un tramo de Donoso Cortés. Es cierto que se necesitan obras y parkings, tiempo y presupuesto, pero Cáceres se encuentra retrasada en este aspecto como han reconocido en ocasiones los propios políticos.

Hoy por hoy está restringido el recinto intramuros y las calles Rosso de Luna, Nidos, San Pedro, Donoso Cortés, Caleros y Tenerías. El triángulo Santo Domingo-Concepción-Ezponda es semipeatonal ya que se abre por las mañanas al tráfico (ahora se mantiene transitable todo el día por las obras de Barrionuevo). Y en el horizonte, solo un proyecto claro: la limitación de la plaza Mayor tras su rehabilitación. Del resto de calles y plazas de las que se lleva hablando años y años --Santa Clara, Pizarro, Gallegos, San Juan, San Pedro de Alcántara, Gómez Becerra...--, no hay fechas, aunque sí compromiso.

LOS INICIOS La declaración de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad en 1986 instó a proteger la parte antigua de la agresión de los coches. El final del mandato del alcalde Sánchez Polo coincidió con el primer empuje a la peatonalización. Fue en 1995 con dos acciones significativas. Por un lado, el cierre de la calle San Pedro y del primer tramo de Donoso Cortés, en pleno corazón cacereño. Por otro, la restricción de la Ciudad Monumental pese a la presión vecinal. Solo duró hasta 1996, porque José M Saponi, ya en la alcaldía, volvió a abrirla hasta que se diesen las condiciones para ello. Siete años más tarde lo cumplió.

La última concejala de Tráfico de la era Sánchez Polo fue María Fernanda Sánchez. "Redactamos un anteproyecto de cómo quedaría el centro urbano sin coches, y claro que había protestas, pero debíamos tomar ese camino", recuerda. Hoy lamenta que no se avance más aprisa. "Soy viajera y no me gusta ver cómo ciudades con patrimonios menos importantes ya tienen sus centros vivos y peatonalizados".

En los primeros tiempos de Saponi la principal actuación fue Galarza, inaugurado en 2002 como el primer párking disuasorio para reducir el volumen de vehículos en el casco viejo. Pero sin duda el gran año de la peatonalización fue el 2003. El 3 de febrero, y tras reuniones de consenso con vecinos y comerciantes, quedó restringido el acceso al recinto intramuros mediante un sistema moderno y práctico de pivotes móviles accionados mediante tarjetas. Solo se permitía la entrada a residentes, carga y descarga y ciudadanos con circunstancias especiales (padres impedidos, negocios...). En seis días se limpió de coches la parte antigua, pero quedaba pendiente la construcción de un parking próximo que aliviara el problema del estacionamiento. Por entonces, Saponi había incluido la peatonalización entre sus grandes prioridades. "Espero que en tres años podamos tener una amplia zona peatonal desde la plaza de América hasta la plaza Mayor", dijo. Por entonces se adjudicó la ejecución del párking del Príncipe, y se habló de otro proyecto en la Cruz con el nuevo plan urbano. En una década se habían eliminado ya 350 aparcamientos del casco viejo (Galarza, Damas, plaza Mayor...).

CONSENSO José Antonio Villa fue el concejal de Tráfico en esta etapa, que recuerda como muy fructífera. "El cierre de la parte antigua recibió el consenso de todos. Nos reunimos con vecinos, taxistas y autoescuelas; los ediles socialistas Jurado y Guardiola tuvieron una gran sintonía con el proyecto; también Manolo Cruz, de IU. Así hay que afrontar las grandes cuestiones para que salgan adelante", afirma.

También en el 2003 comenzaron las obras tendentes a la peatonalización de la plaza Mayor, iniciada previamente con la ban-