Los cálculos del Ayuntamiento de Cáceres sitúan la inversión municipal para peatonalizar el centro de la ciudad en 18 millones de euros (unos 3.000 millones de pesetas). La cantidad hará posible liberar de coches más de 16 kilómetros de las vías urbanas cacereñas (la misma distancia que hay entre Cáceres y Torremocha, por ejemplo) y servirá para ceder al peatón las calles más céntricas de la capital. El proyecto se inició hace casi un año en la parte antigua, pero ya se extiende a otros puntos fuera del recinto intramuros.

La actuación del consistorio se centra fundamentalmente en el área de la plaza Mayor, General Ezponda, Roso de Luna, plazas de la Concepción y de Santo Domingo. Pero además, se trabajará en Caleros, Tenerías, Ríos Verdes o Valdés y se plantea incluso la posibilidad de liberar las calles Damas o Fuente Nueva.

Posteriormente se actuará en el cinturón de la avenida de España. En ese área pasarán a ser peatonales también San Pedro de Alcántara y Gómez Becerra. Además se construirán bulevares en la avenida Virgen de Guadalupe y en la travesía de Hernán Cortés, que junto al párking que hay previsto en el Perú y al aparcamiento en superficie del parque del Príncipe servirán para aliviar la supresión de aparcamientos que implicará la puesta en marcha de estas medidas. Los concejales de Obras y Tráfico, Joaquín Rumbo y Santos Parra, respectivamente, han sido los encargados, junto a un amplio equipo de técnicos y expertos, de redactar este proyecto. La peatonalización es, sin duda, uno de los grandes objetivos de la tercera legislatura de José María Saponi, que pretende recuperar la concepción de Cáceres como una ciudad para el paseo y alejarla definitivamente de la dictadura del automóvil.

EL SANEAMIENTO Poner en marcha el proceso de peatonalización no es sencillo, no sólo por las consecuencias que genera en el tráfico sino porque las obras van acompañadas de una mejora del saneamiento integral de aquellas zonas en las que se actúa. Los ediles indican que todas las calles llevan un tratamiento de granito bajo el que se esconde una profunda remodelación de los servicios de iluminación, agua, telefonía, gas o energía eléctrica. En este último caso se aprovecha para eliminar el cableado exterior de las calles e instalarlo bajo tierra.

Pero además, se colocan pivotes para controlar, en unos casos, o impedir, en otros, la entrada y salida de vehículos. También se da a los residentes una tarjeta de acceso y se establecen --suele ser por la mañana-- horarios de carga y descarga.

El PSOE ha insistido en que, de culminarse el proyecto, deben buscarse alternativas al problema de aparcamientos.