TEtn el cacareo de mítines y discursos que van a empezar a resonar a lo largo y ancho del país, en cuanto se abra la próxima campaña electoral, a raíz de las torpezas y errores perpetrados por los líderes y "caciques" de los viejos y nuevos Partidos; volverán a salir a relucir el tropel de tropelías, fraudes, prevaricaciones y engaños; a los que unos calificaran de desvergüenzas políticas de los que han gobernado hasta ahora; y otros los tildaran de "pecata minuta" -"pecadillos pequeños" -en comparación con los logros y mejoras económicas que se han alcanzado a lo largo de la legislatura. Las campañas electorales son como las inundaciones; aunque cambiando el agua turbia que suele anegar los campos, en las primeras, por visiones igualmente turbias, engañosas y retorcidas del presente político; entreverándolas con promesas, propósitos y buenas intenciones, que al final siempre acaban en "agua de borrajas".

Frecuentemente, las inundaciones de palabras, de acusaciones y de imprecaciones lanzadas desde un escenario, son más demoledoras que las aguas del río desbordado, anegando campos, destruyendo cosechas y acabando con cientos de cabezas de ganado. Víctimas, precisamente, de la desidia y de la torpeza de quienes, gobernando, no supieron "gobernar" las condiciones naturales y ecológicas del cauce de las aguas. Esta desidia y esta torpeza han provocado grandes desgracias familiares, económicas, culturales y sociales, que superan con mucho los desmanes del río. Pero éstas no han aparecido apenas, con sus terribles imágenes en pantallas o en reportajes; con sus paisajes desolados y catastróficos; como sí lo han hecho las de las inundaciones, mucho más espectaculares en sus panorámicas.

Los "pequeños pecadillos" que asolaron con sus aguas fétidas el panorama nacional llegaron hasta los últimos rincones: Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas y a la mayoría de los organismos administrativos en los que se ramifican estas instituciones. Llegaron hasta el poderoso sector bancario; hasta la Administración de Justicia; hasta las Universidades, entidades culturales y hasta los campos de fútbol. Ha sido una inundación devastadora que costará mucho tiempo y dinero limpiar y sanear; porque sus fondos son muy profundos y los rizomas que se extienden por estos fondos son largos y muy espesos.

Con solo sus argumentos, datos y consecuencias para la población; como temas de los mítines electorales, las jornadas de reivindicaciones políticas pueden hacerse interminables. No solo cuando estén orientados a unas elecciones generales; sino que ya, a niveles inferiores, hay casos y "tramas" en los que se pueden explayar los encargados de cada mitin y quedar como ejemplo de honestidad ante sus auditorios.