Rafael Prado, acusado de abusar sexualmente de 16 menores en campamentos de verano de Carucedo (León) y Cáceres, en los que era el director, ha pedido este miércoles "mil perdones" tanto a los menores, como a los padres y a las familias que "en su día" confiaron en él y ha asegurado sentirse "profundamente avergonzado".

El pederasta confeso ha agregado en la última sesión de la vista celebrada en la Audiencia Provincial de León que se siente "muy dolido" por todo lo sucedido y que "nunca" tuvo intención de hacer daño a ningún niño. "Pido mil perdones por todo el daño causado a esos niños y a todos los afectados", ha insistido.

Así, el Ministerio Fiscal ha decidido ratificarse en su petición inicial de 234 años de prisión por un delito de revelación de secretos, 12 delitos de abusos sexuales continuados, cuatro delitos de abusos sexuales y 16 delitos de corrupción de menores, así como a una indemnización de 132.000 euros.

El fiscal ha explicado que los hechos, además de haber sido asumidos por el propio acusado, han quedado "totalmente probados" por las pruebas testificales, así como por las pruebas documentales, concretamente los vídeos que Rafael Prado grabó mientras abusaba sexualmente de los niños, de entre 7 y 11 años, en los que aparecía su rostro.

Del mismo modo, ha asegurado que "no cabe ninguna duda" de la identificación de los 16 menores que sufrieron estos abusos gracias a los testimonios de otras dos monitoras de esos mismos campamentos que facilitaron esta labor. Además, ha añadido que en los vídeos aparecen niños que no han podido ser identificados.

Fiscalía también ha hecho hincapié en que los peritos forenses han considerado al acusado "plenamente imputable" porque no tienen ninguna enfermedad mental y posee "plena capacidad para entender qué está bien y qué está mal y hacer lo que estime conveniente".

En cuanto al medicamento que tomaba el acusado, artane, el fiscal se ha vuelto a referir a los forenses y ha recordado que ellos declararon que "no causa ningún efecto secundario relacionado con la pedofilia" y que ni siquiera existe en el mercado ningún medicamento que provoque este tipo de conductas.

NO HUBO CORRUPCIÓN DE MENORES

Por su parte, el abogado defensor de Rafael Prado ha aseverado que no cabe condenar a su patrocinado por el delito de corrupción de menores porque cuando se produjeron los abusos sexuales los niños "estaban dormidos" y "no eran conscientes de los mismos". Para que el acusado incurriera en ese delito, ha agregado el letrado, la víctima "tiene que participar de alguna manera en los actos sexuales", algo que no ocurre en este supuesto.

Por otro lado, aunque la defensa reconoce los abusos, ha solicitado que al procesado solo se le imputen dos delitos de abusos sexuales, uno por cada uno de los campamentos en los que presuntamente cometió los hechos.

El abogado defensor ha considerado también que se tienen que tener en cuenta como atenuantes que su patrocinado estaba en el momento de los hechos bajo la influencia de un medicamento, artane, que alteraba su forma de comportarse y que colaboró con la investigación ya que confesó los hechos y facilitó a la Policía una clave para desencriptar un dispositivo que contenía archivos pedófilos.