Francisco Rodríguez, abuelo de Felisa la cantante, era portero mayor del Hospicio. Vivía en la calle Carrera, junto a San Francisco, y su casa servía de hospedaje a Pinito del Oro cuando la trapecista venía a la Feria de Mayo. El señor Francisco le daba cobijo a ella, a los turroneros de Castuera, a los talabarteros de Torrejoncillo... y no les cobraba porque el señor Francisco era muy generoso.

Frente a aquella casa, el ayuntamiento ponía una fuente para que los feriantes se asearan. Y chico jolgorio que se montaba a la hora de la siesta. "¡Chsssssss, que estamos en la siesta! ", regañaban los vecinos al escuchar tan vespertino revuelo.

A menudo, los niños de la calle cogían cubos de agua y se los acercaban a los feriantes al Rodeo a cambio de vales para montar en las barcas y en el tren de los escobazos, o les daban piruletas y algodón dulce. Al llegar la feria era costumbre estrenar ropa. Mendieta, que estaba por bajo de Mendoza, en Pintores, ponía guapo su escaparate. Pero lo que triunfaba era El Requeté del señor Getulio, que estaba en Cánovas. Getulio tenía muchas telas y a muy bajo coste, y bobinas de hilo muy baratas. Así que a las puertas del Requeté se formaban larguísimas colas.

El Requeté vendía algunos trajes, pero como eran más caros, la gente prefería hacerse con las telas. Así que en casa de Felisa siempre se compraban las telas del Requeté y, luego, Pili Alcántara Peña se encargaba de darles forma. Pili vivía en Busquet y era una de las mejores costureras de Cáceres. Aprendió de su hermano Jacinto, que había sido sastre del colegio San Francisco. Pilar aportaba a cada tejido que tocaba un apresto de no te menees, tanto que de un año para otro le daba la vuelta a los abrigos y parecían de estreno.

La foto del señor Gaspar

A las puertas del Requeté se ponía el señor Gaspar, marido de la señora Patro. Gaspar hacía fotos y tenía mucho atrezzo: un caballo, unas rejas... y preparaba unos retratos como quieras. El matrimonio tuvo varios hijos: Santiago, Poli (el de la tienda de fotos de Antonio Silva) y Angelita.

En la plaza tocaban Los Gorriatos (que así llamaban muchos a los músicos del ayuntamiento). "Con ese no bailes que ese toca mucho" , decían los padres a sus hijas en edad de merecer. De noche, en el bar de la Ciudad Deportiva, que tenía escenario y todo, ponían la Caseta de la Feria y hacían verbenas. Tocaba la Orquesta Mambo con Manolo Suárez, José y Juan (los hermanos del Casar), Juan Cámara, Manolo Duque, José El Chato, Paco Martín, José Luis Cortés Capullo y Alfredo Durán, que eran profesionales como la copa de un pino.

En aquellas verbenas también tocaba Pedro Cámara Solís, natural de Arroyomolinos de Montánchez, el mejor saxofonista que ha tenido Cáceres y que debutó en el Gran Teatro bajo la dirección de Carlos Solozábal para una actuación de Celia Gámez. ¡Cómo entonaba La Chiclanera Pedro Cámara con su Selmer francés del 43!.

Anoche se encendió la feria y es tiempo para el recuerdo: unos jovencísimos Floriano y Lau, Borrell con Sánchez Polo, Saponi con el inolvidable Angel Carlos Bernáldez, Teodoro Casado y Esperanza, Paco Martín, Pepe None y su pegadizo "Tírate de la moto, de la moto tírate" , Pablo Naranjo y Leandra, la saga baloncestística de los Brabender, Felisa... y un Pedro Cámara que desde arriba mira a San Fernando, coge su Selmer del 43 y grita: "Cáceres, ahí va tu Chiclanera" .