El análisis de las aguas de la Ribera del Marco concluye que están contaminadas por las de tipo residual que se vierten al cauce y alerta del peligro que suponen para los hortelanos "al no existir ningún control sobre los parámetros". Por estos motivos, no la considera "adecuada ni tan siquiera para el riego de las huertas, ya que no se puede garantizar las características mínimas de salubridad exigidas para ello". Por tanto, Aristos recomienda en primer lugar la vigilancia sanitaria para que los parámetros de calidad sean compatibles con la salud de la población y que se establezcan controles en aspectos como nematodos intestinales, escherichia coli, sólidos en suspensión y otros patógenos como la salmonella.