Dentro del autobús siniestrado viajaban diez personas más el conductor, uno de ellos era un bebé de ocho meses, que, según los pasajeros, "no paraba de llorar". "Ha sido horroroso, pensábamos que nos quemábamos dentro porque veíamos salir mucho humo", decía Mercedes, una de las pasajeras que viajaba en el convoy. Ella se montó en el autobús en Cáceres el Viejo e iba a bajarse en la parada frente a Múltiples, pero no llegó. "El conductor se pasó el semáforo de Hernán Cortés en rojo y luego perdió el control", intenta recordar aún con el miedo en el cuerpo. Después chocó contra unas vallas, se subió encima de la rotonda del conquistador y el autobús empezó a arder. "No podíamos salir, intentábamos romper los cristales pero no podíamos. Un joven le dio a todos los botones hasta que consiguió abrir las puertas para que pudiéramos bajar del bus", dice Mercedes. El conductor del autobús permanecía inconsciente, agarrado al volante sobre su asiento.