Triana nunca le abandonó. La perra de Manuel Grajera, el cazador hallado muerto en un coto de Sierra de Fuentes, se mantuvo junto a él, ya sin vida, hasta que se produjo el hallazgo del cadáver en la mañana de ayer en un camino de la finca La Quinta, muy cerca del club hípico Monfragüe. Hacía tres años que la tenía y habían compartido muchas monterías. "Manuel conocía bien la zona", afirmaba ayer, derrotado por el cansancio y con los ojos enrojecidos, su primo Manolo Bravo, una de las últimas personas que pudo hablar con el cazador antes de su muerte. "Le llamé el domingo a la una de la tarde y me dijo que estaba un poco malo, pero bien. Le dije que le esperaba para tomar una cerveza y me dijo que me llamaría", recordaba, antes de recibir horas después el aviso de que no había regresado a casa por la noche y de formar parte del dispositivo de búsqueda que le amargó la Nochebuena.

Aunque el fallecido tenía fijada su residencia en Cáceres, solía acudir con frecuencia al coto que había alquilado con otros cinco amigos en su localidad natal. "Venía todos los sábados y domingos porque estaba cerca de casa", afirmó este familiar, asegurando que Grajera no había tenido percances en la caza. "Era un experto en el monte", apuntó, afirmando que, antes de que se le perdiera la pista, le había comentado a otros compañeros que se había mareado, aunque prefirió seguir cazando solo.

El hecho de que Triana no dejara abandonado el cádaver del cazador pudo haber sido un obstáculo para hallarlo antes. "Si la perra se hubiera movido algo, quizá le hubiéramos encontrado antes", explicaba tras haberla recogido y no haber descansado apenas desde la madrugada del lunes cuando empezó, junto a otros vecinos de Sierra de Fuentes y guardias civiles, a rastrear el monte en busca de su primo. Solo paró cuando la noche cubrió la sierra. A las 8.30 horas de ayer, día de Navidad, ya estaba pateando el monte para tratar de encontrar vivo a Manuel Grajera. Y si Triana hubiera podido hacer más, lo habría intentado todo por salvar la vida de su dueño.