Inquieto, hablador, risueño y amante de la música. Así es Edwin Zúniga, un niño prodigio que con tan sólo siete años interpreta obras de la talla de Mozart, Chopin o Bach y hasta compone sus propias piezas. Y es que este pequeño Beethoven cacereño , que vive por y para la música, lleva desde los 3 años tocando el piano con la misma pasión que desde el primer día, según comentaban ayer sus padres orgullosos.

"Me encanta tocar el piano, cuando estoy en el escenario sólo miro mis manos y me dejo llevar por la música, no me da miedo el público ni me pongo nervioso", explicaba Edwin ayer, unas horas antes del concierto que ofreció por la tarde en el Aula Cultural de Caja Extremadura, donde interpretó villancicos populares y piezas clásicas.

Muchos de sus amigos no se creen que él sea músico y le dicen que ellos prefieren jugar al fútbol, pero Edwin lo tiene claro: "Yo prefiero tocar y componer, pero no pienses que sólo toco, también me gusta jugar a los videojuegos, hay tiempo para todo", puntualizaba riendo.

Sus padres, que también son músicos, creen que el niño tiene muchas posibilidades de triunfar, pero que debe formarse académica y musicalmente. "Lo han escuchado en América y nos han ofrecido que haga conciertos en EEUU, lo más seguro que para el próximo verano hagamos una pequeña gira", señalaba su padre.

A Edwin, que ensaya 4 horas al día y este año ha empezado en el conservatorio, "le encanta crear y es muy imaginativo". "He compuesto una pieza que se llama Aires del Guadiana--decía orgulloso-- y se la dedico a Extremadura y a mi amigo don José Higuero".