Lleva como único equipaje unas botas, pantalones, un chaleco, un sobrero y una mochila con mudas en la que reza Esclerosis múltiple más investigación . José María Arroyo es un toledano de 61 años que acumula miles de kilómetros en sus piernas reclamando por media Europa que se estudie más sobre esta enfermedad. Ayer hizo parada y fonda en Cáceres. Su ruta le lleva a la iglesia de Nuestra Señora del Prado, en Talavera de la Reina, fin de trayecto de una peregrinación a pie que inició el 21 de abril en el Vaticano y que le ha llevado a visitar los principales santuarios europeos del cristianismo: Lourdes, Santiago y Fátima.

¿Porqué peregrina José María Arroyo? Explica que todo comenzó en el 2003, cuando los médicos diagnosticaron a su hija Belén esclerosis múltiple, una enfermedad crónica que ataca al sistema nervioso central (el cerebro y la espina dorsal). Llovía sobre mojado, porque su esposa padeció con anterioridad, en el 2002, un cáncer de cervix que le había afectado al riñón y parte del hígado. Para pedirle al apóstol la curación de su mujer, peregrinó desde Talavera a Santiago. A día de hoy, asegura que su esposa está curada.

En el caso de su hija menor, parece que también se obró un pequeño milagro . Tras detectársele esclerosis, José María peregrinó a pie y en solitario en julio del 2003 otra vez a Santiago. Solicitó al patrón de España que le suministraran a su hija una medicación "que no llegaba nunca", mientras la enfermedad avanzaba y obligaba a la joven a usar bastones para poder moverse. En el 2004 peregrinó a Fátima para pedirle a la Virgen la curación de su hija, a la vez que se colgó un letrero en la mochila pidiendo más investigación en el campo de la esclerosis múltiple. Dos meses después de regresar de la localidad portuguesa, su hija caminaba con bastones y su calidad de vida había mejorado algo. "A día de hoy ya no usa bastones y solo sufre una cierta cojera", apunta con cierto alivio.

En los años siguientes volvió a Santiago y a Fátima y ahora ha querido hacerlo a Roma y a Lourdes siempre con el mismo objetivo: que se potencie la investigación sobre esa enfermedad.

Ha convertido esta causa en el leit motiv de su vida. Jubilado de Iberdrola, próximamente recibirá junto a otros compañeros un homenaje, al que asegura, por cierto, que no podrá ir.

Hace tres noches durmió en la calle en Salorino y anteanoche lo hizo en un hotel de Malpartida. "No querían cobrarme, pero eso no lo admito así que al final pagué mi habitación, aunque fue por un precio simbólico", explica en un momento de asueto en la plaza de las Piñuelas. Ayer mismo partió hacia Jaraicejo, su próxima parada. "Espero llegar para ver por televisión el partido de España", asegura.