Trabajadores indignados". Así rezaba la pancarta con la que casi improvisadamente se manifestaron ayer los trabajadores de la residencia Asistida en contra de las contudentes críticas a la atención que se presta a los residentes, formuladas por un grupo de familiares constituidos en asociación. Estos familiares se quejan de supuestas carencias en la alimentación, la atención sanitaria, la limpieza y vigilancia de los ancianos que viven en el centro, 319.

Cerca de la mitad de la plantilla, entre 120 y 130 empleados, se concentraron a las 12 de la mañana a las puertas del centro, acompañados por varios familiares de internos que estaban de visita, para expresar su rechazo a las "crueles" denuncias de deficiencias que ponían en evidencia esta asociación y de las que se hacía eco este diario el lunes pasado. "Son calumnias con la intención de crear alarma social", explicaron en un manifiesto.

"Ha sido bochornoso, nuestro trabajo es muy duro y poco valorado por algunos familiares y, en muchos casos, les damos más cariño que sus propias familias", apuntaba María José Ríos, auxiliar de enfermería durante 24 años en este centro de la Junta. "Un familiar me decía esta mañana que a nosotros nos pagan el trabajo, pero el cariño que les damos no nos lo paga nadie. Eso reconforta", añadía Antonia Gómez, ordenanza.

"MI MADRE ESTA ENCANTADA" Al menos una decena de familiares participaron también en la protesta. Entre ellas estaba Pilar Avilés que tiene a su madre en el centro desde hace un mes. "No he visto en este tiempo nada de lo que denuncian y vengo todos los días", manifestaba.

Isabel Castro también quiso pronunciarse sobre lo que consideró una "absoluta mentira". Su madre lleva ingresada un año y su suegra, tres. "Al principio me iba a unir a esa asociación, pero cuando vi qué pretendían reivindicar me eché para atrás porque no estoy de acuerdo", comentó. Aseguró que su madre "está encantada, y más con la comida".

Otro familiar, Leocadio Núñez no pudo asistir a la concentración pero telefoneó a este diario para manifestar su opinión y solidarizarse con los trabajadores. Su madre, de 78 años y con alzheimer severo, y la hermana de esta, de 65 años y deficiente, llevan un año en la Asistida. Afirma haberse "sorprendido" por la denuncia porque "gracias al cuidado y la paciencia de los trabajadores" tanto su madre como su tía viven bastante bien.

Reconoce que puede haber fallos como en todos los sitios, pero "el trato es bueno". También que las instalaciones "no son un lujo", pero que su madre estuvo antes en una residencia privada y la atendían "mucho peor". "Estoy más contento y tranquilo en este centro", concluyó.

Al grito "aquí se trabaja", el personal se cruzó en la carretera unos minutos para impedir el paso del autobús urbano en señal de protesta. "Nos sentimos humillados, acosados, despreciados y exigimos respeto por parte del grupo minoritario de familiares de la asociación", demandan en el manifiesto. Aprovecharon, además, para solicitar el apoyo de la Junta de Extremadura ante el acoso y la presión.