Desde que en mi adolescencia me topé con las aventuras del FBI no he podido resistir la tentación de compararlos con nuestros servicios de inteligencia. Porque el FBI y la CIA son impresionantes pero es que, sin pecar de patrioterismo, tenían mucho que aprender de Roberto Alcázar y Pedrín. Los del FBI aseguran que fueron los primeros en detectar que los objetos metálicos podían ser un arma peligrosa, cosa que sabíamos desde los tiempos de Carmen, su liga y su navaja de Albacete. Nos obligaron a despojarnos de llaveros, mecheros y hebillas de cinturones antes de subir a un avión. Más tarde pensaron en el peligro que encerraba un frasco pues podía estar lleno de contenido mortífero de manera que no te dejan pasar y te obligan a comprar colonia en su país. Ya lo decía Pedrín al golpear a un caco: "Toma del frasco Carrasco". Luego descubrieron un arma más letal aún: los pezones. A una dama la han obligado a quitarse los pearcings que llevaba en los pezones pues bien pudieran ser la espoleta que hiciera estallar una bomba. A Roberto Alcázar y a nosotros nos van a decir eso cuando en España hay un refrán que dice: "Tiran más dos tetas que dos carretas". Por otra parte, es un extendido rumor que a una señora de la farándula le estallaron los pechos durante un vuelo y aunque en aquella ocasión solamente salió silicona no quita que en alguna otra pueda salir goma dos. Sin embargo a esta señora no la obligaron a quitarse los que adornaban su ombligo, no porque no sea peligroso sino porque en el ombligo cabe poca munición. Pequeñas pelotillas y pelusillas mayormente.